La carrera de Jane Fonda se lee como un apasionante guión con numerosos giros sorprendentes. De estrella sexy en Barbarella, de los años 60, la actriz se transformó en activista contra la guerra de Vietnam, apodada Hanoi Jane. La reina del ejercicio físico y millonaria aeróbica en los años 80 se convirtió con su tercera boda en la señora de Turner, esposa del empresario de la televisión Ted Turner. Mientras tanto, la ganadora de dos Oscar, que hoy celebra su 80 cumpleaños, está soltera otra vez, comprometida socialmente y es abuela, aunque no se le note en absoluto la edad. Incluso su ex marido Ted comenta: "Jane se ve extraordinaria y es simplemente fantástica". A pesar del divorcio el año pasado, ambos siguen siendo amigos.

Jane Fonda tenía 12 años cuando su madre se suicidó. Por eso, creció con su abuela en el Estado de Connecticut. La actuación la llevaba en la sangre, como hija del astro del cine Henry Fonda y hermana del actor Peter Fonda. Huyó a París, estudió pintura y piano, y probó el Periodismo. Después entró en el Actor's Studio.

Con una inagotable energía, un sinfín de proyectos y con muy pocas ganas de jubilación. "Siento que apenas estoy comenzando", aseguró la actriz en septiembre al recoger el León de Oro de honor de la Mostra de Venecia por ser "una de las mayores protagonistas de la escena cinematográfica internacional" y por su "incesante capacidad de reinventarse". Pese a ser feminista convencida y su incesante actividad, aún tuvo tiempo para casarse tres veces, tener tres hijos -uno adoptado-, superar un cáncer de pecho, escribir una autobiografía superventas (My Life So Far) y construirse una imagen de seguridad que durante años poco tuvo que ver con la realidad. Las carencias afectivas de su niñez le llevaron a querer agradar a los demás y cayó en la bulimia, problema que tardaría mucho en superar, hasta pasados los 40 años. Tras provocar una gran conmoción este año al desvelar que fue violada y sufrió abusos en su infancia, su pasión por la vida y el trabajo siguen inquebrantables: "Siento que apenas estoy empezando", dice. Una vitalidad envidiable.