Realeza

Isabel II tiene una mano robotizada para saludar en público

  • Lo ha contado su hija, la princesa Ana, en la última biografía publicada sobre la monarca inglesa

Isabel II, saludando a los ciudadanos junto a su marido, el duque de Edimburgo

Isabel II, saludando a los ciudadanos junto a su marido, el duque de Edimburgo / Efe

Las manos de una reina son algo sagrado. Muchas soberanas necesitan un largo tiempo de descanso tras esos eternos besamanos en los que saludan a cientos de personas. También cuando, sentados desde un coche, agitan la mano para compartir el fervor de su pueblo. Pero parece que Isabel II ha encontrado el remedio perfecto para esos momentos en los que se cansa su extremidad: una mano robotizada. Es uno de los regalos más extraños, aunque también útiles, que le han hecho a la monarca británica. Un grupo de estudiantes australianos le obsequió esta 'máquina saludadora' para ayudarla en uno de los gestos que repite con más frecuencia en los eventos públicos: el saludo oficial. 

Lo ha contado la princesa Ana en una nueva biografía que ha escrito sobre su madre, Queen of the World, un libro de 592 páginas que ha visto la luz este mismo mes bajo el sello de Penguin Readers. "Le dieron un guante de peluche con una palanca de madera que, si aprietas, empieza a agitar la mano de un lado para otro", desliza el libro de la segunda hija de Isabel II. Los jóvenes pensaron que a la soberana inglesa le podría horrorizar el curioso regalo, pero nada más lejos de la realidad. La reina mostró su gratitud, maravillada por el agasajo. "Creo que pensaron que le parecería impertinente, pero Su Majestad quedó fascinada", relata en la novela. 

Parece que la cabeza de la monarquía británica no ha utilizado nunca este ingenioso invento concebido para alejarle de una de sus labores. La veterana reina siempre luce un par de guantes impolutos, complementos que siempre le acompañan y que podrían disimilar el uso de la mano robótica. No se trata del único regalo extravagante que ha recibido Isabel II. Después de 66 años de reinado, la reina ha acumulado curiosos obsequios que han ido formando una cartera más que extraña. Entre los que se encuentran tres cachorros de jaguar, tres osos negros del gobierno de Canadá o una docena de cajas de caracoles. 

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