Bodegones artísticos con mansiones de lujo. Eso es lo que ha conseguido plasmar en sus fotos el artista Charly Simon y es también lo que podrá contemplar el visitante de la exposición que acaba de abrir sus puertas en el hotel Puente Romano de Marbella. Más que una simple muestra fotográfica, esta cita debe entenderse como una performance, ya que las fotos se exhiben en una cámara oscura con iluminación programada y una voz en off que va narrando la vida de cada una de las imágenes mientras una pequeña orquesta pone música de fondo en directo.

"Con estas fotos no sólo busco abrir las puertas de edificios imponentes sino también y sobre todo crear una emoción en los que nos visitan, como me pasa cada vez que tengo un proyecto nuevo entre mis manos. Mi objetivo en esta exposición no es otro que inspirar emociones tanto al cliente, como al arquitecto o al contratista que se encarga de hacer realidad estas grandes obras", explica Simon.

A Charly la arquitectura siempre le había llamado la atención y la fotografía era su gran hobby desde pequeño, pero nunca se había planteado que ambas pasiones podrían terminar unidas. Pero el día que decidió dar un giro de timón a su vida tuvo claro que aquella combinación podría abrirle muchas puertas. Charly Simon fue hasta 2012 jugador profesional de golf y competía en el circuito europeo, por lo que pasaba gran parte de su vida lejos de casa. Cansado de tantos hoteles vio en la foto de arquitectura inmobiliaria una alternativa a su ajetreada vida y ahora está convencido de que el cambio mereció la pena. "Ví que Marbella tenía el mejor mercado para desarrollar este trabajo y me adentré en un mundo al que sólo tienen acceso unos cuantos privilegiados porque las casas que se muestran en esta exposición no están alcance de cualquier millonario".

No todos los clientes que contratan sus servicios lo hacen para tener imágenes atractivas de su vivienda a la hora de ponerla en venta. Muchos lo hacen para ver una y otra vez la maravilla que tienen entre sus manos. "No creo que lo hagan por alardear sino por necesidad de demostrar al vecino de en frente que ellos tienen lo mejor", dice.