José Luis Garci. director de cine, premio ciudad de huelva 2014

"El fútbol es una metáfora de la vida, muy ajustada, diría yo"

  • "No más cine de Garci. Hay que dejar paso a la gente nueva. Lo hice antes que el Rey con su hijo, y que Alfonso Guerra", asegura el director. "Me habría gustado participar en la II Guerra Mundial, escribir de boxeo en el 'NY Times'", añade.

José Luis Garci es uno de los grandes directores de la historia del cine español y está hoy en el certamen onubense para ser homenajeado y hablar de fútbol, otra gran pasión.

-A un director que bebe del cine clásico americano, ¿le extraña que le den un premio en un festival iberoamericano? ¿Cómo valora este homenaje?

-No sólo me ha extrañado, sino que me ha dejado perplejo y, a pesar de haber entrado yo en el circuito de los homenajes, este de Huelva es especial y singular.

-¿Sabe que es el director de Iberoamérica con más nominaciones al Óscar?

-No. Me entero ahora.

-Cuando supo de la concesión del Ciudad de Huelva, dijo que le ilusiona que haya premios como éste en una época tan mala para el cine. ¿Cómo de mala es la situación?

-De pronóstico reservado. En serio, bastante mala.

-¿Se siente fuera de su tiempo, fuera de lugar? En alguna ocasión ha dicho que se siente muy cercano a la Nueva York de los 40.

-Sí. Me habría gustado nacer en otra época. Haber participado en la II Guerra Mundial, en Iwo Jima, en Okinawa o en Normandía, que está más cerca, en aquel famoso Día más largo. Después, con veintitantos, haber escrito de deporte en el New York Times, sobre todo de boxeo. Y ya, en los años cincuenta, largarme a Hollywood a dirigir películas. El Broadway del Copa y el 21, de Liebling y Damon Runyon; Los Ángeles de Ciro's y Romanoff y Chasen's. Sí, conocer aquel mundo, aquellos tipos, aquellas mujeres devastadoras. Un mundo nada light, nada progre, sino de verdad. No se puede explicar en una docena de renglones.

-¿Es obligada la nostalgia en el cine por la cercanía de la época dorada? ¿O hay que evolucionar y mirar al futuro?

-Las dos cosas. Son compatibles.

-Recuerdo ver en televisión, en familia, su Óscar por Volver a empezar. Fue como un triunfo de todos en España. En clave futbolera, ¿ese fue una especie de primer Mundial para el cine español?

-Me gustaría creer que fue algo parecido a cuando Bahamontes ganó el Tour en 1959, o Santana Wimbledon en 1966. No serían los mejores (Induráin superó a Fede, y Nadal a Manolo), pero abrieron la puerta.

-Hoy se lo han puesto fácil. Al margen del homenaje, una mesa redonda para hablar de cine y fútbol, sus dos grandes pasiones.

-Sin duda. Pero también el boxeo, la música, la literatura, la pintura, las chicas, la radio, los tebeos, los 1.500 metros, no necesariamente en este orden.

-¿Es mito o realidad que la cultura dé la espalda al fútbol? ¿Quizá la desconfianza de los intelectuales viene del uso del fútbol en dictaduras pasadas?

-El fútbol es una metáfora de la vida, muy ajustada, diría yo. El fútbol es cultura popular de la buena. La verdad es que las dictaduras temían el fútbol, es decir, las aglomeraciones.

-Pese a que hay cientos de películas con el fútbol como protagonista, es recurrente entre el público la referencia a Evasión o victoria, pero ¿queda aún pendiente hacer la gran película sobre el fútbol? ¿Quizá podría venir de Latinoamérica por su pasión y magia en el deporte? ¿O le gustaría hacer un proyecto usted mismo?

-Evasión o victoria es la película, no de John Huston sino de mi admirado Carlos Marañón -que, por cierto, juega maravillosamente, aún hoy, delante de la defensa-, aunque yo nunca le he cogido el punto. No veo a Stallone o Mike Caine dándole convincentemente al balón. Sí, es posible que la gran (y esperada) película de nuestro deporte favorito venga de allá, de Latinoamérica. Pelota de trapo era estupenda, como un Ladrón de bicicletas de los potreros. A mí me habría gustado filmar la película de la Selección en el Mundial de Estados Unidos -California dreaming, se llamaba el proyecto-, y años después, en el Mundial de Sudáfrica, Africa kings. Pero no pudo ser. No lo vieron quienes tenían que verlo (la Federación Española). Ahora ya no tengo ni las ganas ni la fuerza de antes. Pero otro lo hará.

-Dieciocho películas en 37 años, ¿son menos de las que le hubiera gustado hacer? ¿Para cuándo más cine de Garci? ¿Es cierto que considera no volver a dirigir?

-No, está bien. Son suficientes dieciocho, aparte de una serie de televisión de 13 películas de una hora (Historias de otro lado). No más cine de Garci. Lo dije hace un par de años largos. Hay que dejar paso a la gente nueva. Lo hice antes que el Rey lo hiciera con su hijo, antes de Alfonso Guerra. Mi tiempo, mi era, ya le pertenece a las nuevas generaciones. Lo digo sin amargura. Si no recuerdo mal, jubilarse viene de júbilo. Miles, millones de nuevos españoles esperan que les den el relevo. Y, en fin, en cuanto a lo de dirigir, ya te digo, se ha terminado. Quizá filme la boda de un amigo, o haga un documental o un corto con Carlos Vermut, de tipo Un vermut con Vermut, para que el mejor director español de la actualidad nos cuente algunos de sus misterios. Para terminar, soy un tipo de la Transición, y me siento orgulloso de haber colaborado en el salto gigantesco que dio España desde la desaparición del general de tan alta graduación hasta el nuevo milenio. Logramos que España pareciera estar siempre de vacaciones.

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