Iberoamericano

Cuando Hollywood se rinde al cine iberoamericano

  • Seis largometrajes han sido premiados con el Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 41 nominaciones. En los últimos 15 años, tres de diez Varios cineastas destacan con estatuillas a título individual.

La 40 edición del Festival de Cine Iberoamericano ha logrado reunir a dos ganadores de un Oscar. El director español José Luis Garci, homenajeado con el Ciudad de Huelva, fue el primero en lograr la estatuilla para un país de habla española o portuguesa, en 1982. El argentino Eugenio Zanetti lo hizo unos años después, en 1995, como director artístico en una producción anglosajona. También se podría destacar en este apartado a la otra homenajeada del certamen este año, Soledad Villamil, actriz protagonista de la última película ganadora, El secreto de sus ojos, Óscar a la mejor película de habla no inglesa para Argentina, en 2009.

Hollywood está siguiendo la estela, a su manera, de los grandes festivales internacionales en los últimos años, destacando también los valores del cine latinoamericano. Diez nominaciones y tres Oscar en los últimos quince años. Algunos más si se consideran los triunfos individuales de cineastas que han dado el salto internacional, como el mexicano Alfonso Cuarón, que en este mismo 2014 se llevó dos estatuillas (al mejor director y el mejor montaje) por Gravity.

Corren buenos momentos para el mundo iberoamericano en la meca del cine. No sólo Cuarón ha dado el salto internacional. También otros dos mexicanos con nominaciones a película extranjera, como Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro, o el español Juan Antonio Bayona, han sido contratados por los estudios de Hollywood y han visto recompensados sus trabajos en la ceremonia anual de la academia estadounidense. Pero no siempre fue así.

Al cine iberoamericano le costó entrar en el sistema americano y hacerse un sitio. Por proximidad, los mexicanos lo tuvieron más accesible y a título individual, Anthony Quinn y Katy Jurado salieron triunfadores en los primeros años. La categoría de mejor película de habla no inglesa no se creó hasta 1947, aunque fue a partir de 1956 cuando también funcionó con el sistema de nominaciones. La primera en este apartado para Iberoamérica fue la de 1958 para el español Juan Antonio Bardem, por La venganza. Después llegaron más nominaciones para los mexicanos Roberto Gavaldón, Ismael Rodríguez Ruelas y Luis Alcoriza, y para los españoles Luis García Berlanga y Francisco Rovira Beleta, que sumó dos en los años 60.

Buñuel inauguró su historial en 1970 con Tristana para España. Ganó en 1972, pero con producción francesa, y repitió nominación española, sin éxito, en 1977 con Ese oscuro objeto del deseo. El chileno Miguel Littin (con México y Nicaragua), el argentino Sergio Renan y los españoles Carlos Saura y Jaime de Armiñán probaron suerte después, pero fue Garci quien se lo llevó en 1982 con Volver a empezar. El madrileño sumó cuatro nominaciones; Saura, tres y Armiñán, dos. Almodóvar sumó dos, y en la última de ellas, en 1999, se lo llevó, aunque posteriormente, en 2002, por Hable con ella, aunque no optó al Oscar en esta categoría, tuvo dos nominaciones como director y por el guión original, que sí ganó.

Dos oportunidades también necesitó el argentino Juan José Campanella para darle a su país el Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 2009 por El secreto de sus ojos, tras el intento fallido de El hijo de la novia. Fue la segunda estatuilla para Argentina en este apartado, tras ganar Luis Puenzo, en 1985, con La historia oficial.

Eugenio Zanetti, jurado este año en Huelva, logró en 1995 el Oscar al diseño de producción por Restauración y fue nominado tres años después por Más allá de los sueños. Otro uno de dos para Argentina.

En los últimos quince años ha habido nominaciones de España, México, Argentina, Perú y Chile. Después de ésta última, de Pablo Larraín por No, hay esperanzas de que este año haya nueva presencia iberoamericana.

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