La actriz Clarissa Pinheiro de Oliveira y la productora Fernanda de Capua presentaron ayer Casa Grande, primer largometraje del brasileño Felipe Barbosa que compite esta semana por el Colón de Oro. La película, explicaron, retrata las desigualdades sociales existentes en el Brasil actual, aunque con el punto de vista de la clase alta, "una forma no muy trabajada en el cine brasileño".

La historia retrata la "salida de su burbuja" de un adolescente de familia acomodada, acostumbrado a los lujos de su familia, que cae en desgracia económica y se ve obligado a enfrentarse a la realidad del mundo que le rodea en su ciudad, Río de Janeiro.

Fernanda de Capua explicó que debe entenderse la película como la historia "de un chico que empieza a convertirse en adulto, en un momento de descubrimiento". Como la élite social de Río, dijo, el protagonista vivía "en una burbuja, aislado de la realidad, sin percibir el mundo que tenía a su alrededor". "Estaba acostumbrado a ir a clase en coche con chófer y ahora debe coger el autobús como los demás, y sus ojos se abren", añadió.

La actriz Clarissa Pinheiro confesó que personalmente le ha servido de aprendizaje su participación en la película y apuntó la "necesidad de salir de esa burbuja" para quienes se encuentran al margen de la realidad del país.

Tras un paso exitoso por varios festivales y cosechar numerosos premios en Brasil, ambas coincidieron que su principal ambición con Casa Grande es que "guste al público y sintamos su calor". "Por lo poco que conozco de la cultura española -apuntó De Capua- creo que también aquí el público se va a identificar con la historia", que, además, "es para jóvenes y adultos y toca todos los géneros".