Un profeta.Francia, 2009, 154 min. Dirección: Jacques Audiard. Intérpretes: Tahar Rahim, Neils Arestrup, Adel Encherif.

Gran Premio del Jurado en Cannes, Un profeta está destinada a ser la Gomorra de esta temporada, el filme del consenso entre crítica y público, en consecuencia, candidato a cosechar numerosos premios, Oscar incluido. Esta inercia favorable no debe enturbiar ni rebajar los méritos, muchos, de una cinta que explota las posibilidades realistas de los ambientes carcelarios para insuflar una efectiva dinámica de género a la historia de un paria superviviente entre los clanes corsos y árabes de una prisión francesa que respira autenticidad por todos sus rincones. Audiard acompaña con su cámara siempre viva este proceso, también interno, y borra con ella las marcas de una escritura precisa que traza con credibilidad e intensidad el trayecto cíclico de un joven delincuente y su aprendizaje en la prisión a golpe de palos, traiciones y picardía. A su lado, un enorme Neils Arestrup encarna al jefe de la mafia corsa que maneja el cotarro desde la violencia y la extorsión.

Una modernidad sobrevenida (los rótulos) y un leve toque lírico (las escenas oníricas) enturbian la sobriedad y coherencia del conjunto, aunque no tanto como para frenar su arrolladora potencia.