Sevilla

Tricornio de cuna

  • Grande-Marlaska nombra jefe de la Guardia Civil a Laurentino Ceña Coro, el general que estuvo nueve años al frente del instituto armado en Sevilla

Laurentino Ceña Coro, en un acto en Eritaña.

Laurentino Ceña Coro, en un acto en Eritaña. / Juan Carlos Vázquez

Laurentino Ceña Coro nació en un cuartel de la Guardia Civil. En el de Colunga (Asturias), donde estaba destinado su padre, en 1955. Aquel niño que se crió entre tricornios es ahora el máximo responsable del cuerpo en toda España, después de que ayer se publicara su nombramiento en el Boletín Oficial del Estado. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, lo ha nombrado Director Adjunto Operativo (DAO), recuperando esta figura que fue suprimida durante el periodo que Juan Ignacio Zoido estuvo al frente del Ministerio. Ceña estuvo nueve años al frente de la Guardia Civil de Sevilla, primero como jefe de la Comandancia y después como general jefe de la IV Zona, cargo en el que amplió su responsabilidad a toda Andalucía, Ceuta y Melilla.

En ese puesto estaba cuando Zoido se lo llevó a Madrid a uno de los más altos cargos de la Guardia Civil. Se le consideró un hombre de confianza, pero ha sabido siempre estar al margen de la política. Prueba de ello es que no sólo no ha caído con la llegada del Gobierno socialista, sino que el nuevo ministro le ha otorgado todavía más responsabilidad. Lo ha hecho, además, en un momento de cierta polémica tras la destitución del jefe de la Unidad Central Operativa (UCO), Manuel Sánchez Corbí, precisamente por pérdida de confianza.

De Ceña puede decirse cualquier cosa menos que sea polémico. No se le recuerda en los nueve años que estuvo en Sevilla una frase más alta que otra. No dio ni una sola entrevista durante todo ese tiempo y se mantuvo siempre en una posición discreta. Nunca se salió del guión ni entró en ningún debate público. A los periodistas los trató siempre con una educación exquisita, aunque como fuente tenía poco valor pues difícilmente se le pudo sacar información jugosa.

Manejó bien siempre el off the record e incluso durante su mandato se celebraron un par de encuentros con la prensa para estrechar los lazos con la Guardia Civil. Unas reuniones que en alguna ocasión fueron con mesa y mantel por delante, y con unos huevos fritos con chorizo invariablemente en el menú. Ceña no da titulares, pero sabe tratar con la prensa. Y sabe muy bien dónde está y qué representa el uniforme que viste. Nunca faltó en su discurso una referencia a los caídos, a los guardias civiles asesinados en el País Vasco.

Durante su estancia en Sevilla tuvo que potenciar la lucha contra el narcotráfico, especialmente en el río Guadalquivir, que años después acabaría con medio cuartel de la Guardia Civil de Isla Mayor implicado en una trama de tráfico de hachís. Tuvo suerte para librarse de ese mal trago, pues acababa de incorporarse a su puesto en Madrid cuando se desarrolló aquella operación, en enero de 2017. En el ámbito de la investigación, la Guardia Civil tuvo que hacer frente a algunos casos complejos, como el asesinato de un agricultor en La Rinconada por su hermano, y otros insólitos, como el hallazgo de dos bebés congelados en una casa de Pilas. Su afán fue acercar la Guardia Civil a la ciudadanía y participó en numerosos actos sociales.

Es licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Zaragoza. Antes de Sevilla estuvo destinado en la academia de Sabadell, donde fue profesor, y en León, así como en las unidades de helicópteros de Huesca y Madrid. Desde diciembre de 2016 es teniente general.

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