Sesión de control |Crisis del coronavirus

Pedro Sánchez tiende la mano a la oposición y PP y Vox le hacen el abrazo del koala

  • El presidente del Gobierno abrirá con Arrimadas la ronda de contactos con las fuerzas parlamentarias para aunar posturas frente a la pandemia

  • Casado le da largas al sentirse ninguneado y los de Abascal declinan su participación  

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sesión de control este miércoles por la mañana en el Congreso..

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sesión de control este miércoles por la mañana en el Congreso.. / Ballesteros (EFE)

Habían pasado dos meses desde la anterior sesión de control, pero a la vista de los adjetivos que se han dedicado Gobierno y oposición este miércoles en el telemático Congreso de los Diputados parecería que la vida sigue igual, aunque ha cambiado sustancialmente a causa de ese ya inolvidable doble sustantivo, coronavirus, que sigue indómito y también incapaz de hacer un todo uno entre los que tienen el poder y los que lo ansían.     

El presidente del Gobierno, con su ya habitual oratoria castrense, ha vuelto a tender la mano a la oposición para ganar la batalla al Covid-19, pero Pablo Casado le ha hecho el abrazo del koala (palmadita en la espalda y rechazo), dándole largas a esa reunión que postulaba Sánchez para este mismo jueves con el primer partido de la oposición, que la ha dejado en el alero por falta de confianza en su ofertante.

“No nos meta en su teatro de guiñoles, cuando no sabe ni el guión ni los personajes. Solo tiene claro que todos debemos ser responsables de sus errores cuando caiga el telón. Señor Sánchez, a usted solo le importa el poder y a nosotros solo nos importa España. Esa es la verdadera distancia que nos separa", ha afirmado Casado en esta primera sesión de control al Gobierno desde que se decretara el estado de alarma, el 14 de marzo.

El líder del PP se empeña en vender que mantiene un tono constructivo y leal a pesar de la pésima gestión del Gobierno de España, aunque siempre acaba desembarcando  en un mar de acusaciones sin propuestas, torpedos sin barcos. Así, ha subrayado que somos el país con más víctimas mortales en relación con la población (una por cada 18.000 habitantes), con más personal sanitario afectado (33 fallecidos y 1.670 contagiados) o con una perspectiva más negra para su economía (el PIB caerá un 8% este año y el paro rozará el 21%, según el FMI).

Ecos del Bataclán

Y si Venezuela es el espejo en el que la derecha se empeña en visualizar al Ejecutivo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, este miércoles ha salido un nuevo destello para reflejar el dolor, allá por Francia. “Por una vez sea humilde, póngase corbata negra como cuando quiso homenajear a las víctimas de la discoteca Bataclán (la discoteca parisina donde hubo 130 muertos y cientos de heridos en los ataques yihadistas del 13 de noviembre de 2015) y díganos cómo va a afrontar esta crisis”, ha afirmado Casado en una intervención en la que ha exigido a Sánchez "luz y taquígrafos si de verdad quiere pactar algo".

Todas las preguntas de la oposición a Sánchez y a los ministros han versado sobre la crisis del coronavirus, que este miércoles ha tenido un repunte en el número de casos positivos, pero también un descenso del de fallecimientos. Tal y como ha destacado el presidente, la tasa de contagio está ahora en el 3%, cuando hace un mes superaba el 30.

El PP maneja otros números. "Cuatro son los minutos que nos ha dedicado en 24 días. ¿Esto es la desescalada política?, ¿ésta es la lealtad y unidad que nos impone con una mano, mientras con la otra suelta el dóberman clásico del PSOE?", ha cuestionado Casado, que ha extraído su vieja conclusión: "A usted solo le importa el poder y a nosotros solo nos importan los españoles".

Está ofendido porque el Gobierno no le comunicó con antelación la pretensión del presidente de hablar con él este jueves y ha decidido dejarle plantado. La cita sigue sin concretarse pero Sánchez no va a quedarse a verlas venir. Así que mañana se reunirá por videoconferencia con la presidenta de Cs, la nueva colaborativa Inés Arrimadas; con el portavoz del PNV, Aitor Esteban; la diputada de JxCat, Laura Borràs y el líder de Más País, Íñigo Errejón.

También se reunirá con representantes de Bildu y ERC. Es decir, que todos los partidos del Congreso aceptan más o menos a regañadientes la mano tendida de Sánchez, salvo la CUP... y Vox.

Rapapolvo de Vox

La tercera fuerza parlamentaria se niega a dar la más mínima cobertura a Sánchez. Poco puede esperarse de los que escupen a fuego cosas como que el Gobierno “aplica la eutanasia por la vía de los hechos” con la crisis del coronavirus y que la pandemia “ha permitido a este Gobierno socialcomunista aplicarla de la manera más feroz”. 

Son palabras de Macarena Olona, la Molona la llaman sus colaboradores, la portavoz adjunta del partido que comanda Santiago Abascal y diputada revelación del partido ultraderechista a golpe de invectiva contra un presidente del Gobierno al que llama sin empacho "sepulturero". 

Olona (Alicante, 1979) es abogada del Estado y aterrizó en la política institucional después de una exitosa trayectoria marcada por su etapa en el País Vasco, donde entre 2013 y 2017 ha defendido a las víctimas de ETA

La diputada de la formación ultra ha acusado este miércoles al Ejecutivo de "aprovechar la catástrofe nacional" para "imponer un régimen totalitario y comunista", que ha comparado de nuevo (santo y seña) con Venezuela, en paralelo a la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, que ha señalado desde su escaño al "obispo bolivariano".

Eso iba por Pablo Iglesias, quien, como Sánchez, no ha entrado al trapo y se ha remitido a lo que dios manda, la Constitución, en lugar de la tradicional ceremonia de satanización del adversario político que practica Vox, que ha cerfificado que lo de reeditar los pactos de la Moncloa no va con ellos.

Es más, Abascal ha asegurado este miércoles que su formación está estudiando presentar una querella contra el Gobierno "negligente y sectario" de Sánchez por la gestión de la crisis vírica. 

El diputado y médico de Vox Juan Luis Steegmann ha insistido por su parte en  cuestionar las cifras oficiales que se dan diariamente por causa del coronavirus: “En este tanatorio en el que han convertido ustedes a España hay miles de fallecidos que lo han hecho sin la PCR [test que determinan al presencia de coronavirus]. ¿Cuáles son?", le ha inquirido al ministro de Sanidad, Salvador Illa, que le ha demandado rigor en vez de manosear una estadística que se facilita en cada jornada siguiendo los protocolos internacionales.

La ministra portavoz, María Jesús Montero, ha acusado al PP de competir con Vox en la ferocidad de sus críticas al Gobierno.

La avalan intervenciones como la de la siempre hiriente Ávarez de Toledo o la del secretario general, Teodoro García Egea, que ha hecho a Iglesias responsable del alto nivel de muertos por habitante que padece España y al que ha culpado de “poner la ideología por encima de la salud de los españoles”.

La suerte de Iglesias

O la de Álvarez de Toledo, que ha expuesto el "agujero negro" de la gestión del Gobierno, al que ha hecho un "encargo". "No hay tarea más urgente, más necesaria, más noble, más patriótica y más humana que averiguar por qué España es el país con más muertos por millón de habitantes. Es su obligación porque es una catástrofe y porque ha ocurrido bajo su mandato”.

Tiempo habrá de dilucidar responsabilidades le ha venido a replicar Montero, que ha lamentado el "catastrófismo" del  PP en competición abierta con Vox en un momento en el que el país espera una respuesta distinta, de mayor unidad, no ese "rencor" que se destila por el ala derecha de un hemiciclo que sigue seriamente agrietado a pesar de la pandemia. 

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha aprovechado la sesión de control para reclamar al Gobierno protección para las familias que se ven "obligadas a trabajar y no tienen dónde ni con quién dejar a sus hijos".

Iglesias ha subrayado al respecto que el Ejecutivo "trabaja para que ese escudo llegue a los que lo tienen más difícil" a la vez que ha admitido que él tiene "mucha suerte", porque en su casa de la sierra madrileña dispone de un flamante jardín para sus tres hijos. "Soy consciente que millones de familias están en pisos de 40 metros", ha concluido el vicepresidente segundo del Gobierno. 

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