España

Sánchez sacude a Casado antes del flirteo con Aragonès

  • Censura a la "irresponsable" oposición en la pandemia antes de que el Gobierno negocie traspasos con Cataluña

Pedro Sánchez y Pere Aragonès entran en La Moncloa para reunirse el pasado 29 de junio.

Pedro Sánchez y Pere Aragonès entran en La Moncloa para reunirse el pasado 29 de junio. / EFE

La relación de Pedro y Pablo nada tiene que ver con la amistad de Los Picapiedra, más bien al contrario. Andan a mamporros un día y otro también el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición. Cuando no sacude uno, atiza el otro. El último en embestir ha sido Sánchez, que horas antes de la comisión bilateral entre el Ejecutivo y el Govern en Madrid para negociar hasta 56 competencias -es la pretensión de los independentistas-, dedicó unas palabras a Casado.

En una carta a la militancia, el presidente del Gobierno aseguró que España "ha resistido y ha avanzado" durante el "azote brutal" de la pandemia "a pesar de la actitud hostil de la oposición más furibunda e irresponsable de Europa". "Desde la constitución del Gobierno la oposición ha tenido un único propósito: derribarlo. Ni un solo apoyo, ni en los peores momentos, ni una sola iniciativa en positivo, ni en las cuestiones más elementales", criticó Sánchez.

En el balance del secretario general socialista tras finalizar el curso político, afirmó que "contábamos con el ejercicio virulento e implacable de la oposición porque parece ser el estilo de la casa de la derecha española; pero nadie pudo imaginar que se llegaría tan lejos como para poner en juego las propias ayudas europeas que nuestro país merece y como para paralizar el funcionamiento de las instituciones capitales de nuestra Constitución", lamentó.

En este sentido, destacó que todas las instituciones capitales de la Constitución "están pendientes de cumplir el mandato de la propia Constitución porque la oposición ha decidido enviar un mensaje: la Constitución se cumple sólo si gobierna la derecha. De lo contrario, queda en suspenso".

Según precisó, "nada parece ser capaz de detener la ferocidad de la oposición de derechas y ultraderechas". "Ni la Constitución, ni la recuperación de nuestra economía, ni la concordia entre españoles", señaló.

Esta misiva se conoció horas antes de que Sánchez flirtee con Aragonès -que dio plantón a sus homólogos regionales el pasado viernes en la Conferencia de Presidentes- para negociar hasta 56 traspasos a Cataluña. La Generalitat acude a la comisión bilateral con el Gobierno central con una lista de exigencias de 56 requerimientos, entre ellos la gestión del aeropuerto de El Prat de Barcelona, competencias de la Seguridad Social y más funciones para los Mossos. El Ejecutivo, que en las últimas semanas señalaba que en el encuentro se hablaría síolo de asuntos como becas o transportes, ha abierto genéricamente la puerta a tratar otras transferencias y cuestiones del Estatut, aunque declina debatir sobre fondos europeos.

Desde el Ejecutivo explican que esta gestión de los fondos europeos se debatirá de forma más técnica en una Conferencia Sectorial presidida por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, con las comunidades hoy por la mañana, después de que se discutiera en Salamanca bajo un perfil más político. El Ejecutivo aún no ha podido confirmar la asistencia de la Generalitat a esta Conferencia Sectorial.

La reunión de la comisión bilareal está convocada a las 16:00 en el Ministerio de Política Territorial. Será su titular, la ministra Isabel Rodríguez, quien la presidirá, acompañada por la delegada del Ejecutivo en Cataluña, Teresa Cunillera, la secretaria de Estado de Hacienda, Inés María Bardón, la secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, y el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas. La delegación catalana estará formada por el vicepresidente, Jordi Puigneró, la consejera de Presidencia, Laura Vilagrá, y el consejero de Economía y Hacienda, Jaume Giró.

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