Gaspar Llamazares, que tras el fracaso electoral anunció que renunciaría a la reelección como coordinador general de Izquierda Unida, afirmó ayer en rueda de prensa que ejercerá su cargo "con prudencia" hasta que se celebre la Asamblea General de la federación de izquierdas la próxima primavera y aseguró que, "en principio", ocupará su escaño en el Congreso de los Diputados.

El PCE, por su parte, desmintió a través de una nota de prensa las informaciones que apuntaban a que habían propuesto determinados nombres para formar parte de la Comisión Unitaria que tendrá como prioridad la organización de la IX Asamblea Federal. Y aclara además que sus propuestas saldrán de los órganos de dirección y desautorizan cualquier noticia relacionada con ese partido que no provenga de esa dirección.

Llamazares reiteró en rueda de prensa que el resultado electoral era "un fracaso sin paliativos" agravado porque partían de "una situación de debilidad", con sólo cinco escaños. El origen del fracaso es "la dinámica bipartidista feroz", potenciada desde distintos medios políticos, mediáticos y económicos "para reducir las posibilidades del cambio de izquierdas". Para Llamazares, el sistema electoral es "antidemocrático, divide los votos entre cuatro", en el que además los dos partidos mayoritarios "utilizan el miedo para condicionar el voto".

Dijo también que ocupará su escaño de diputado puesto que se siente "obligado con los electores" pero no confirmó si lo hará a durante toda la legislatura.

Sí dijo sin embargo que la próxima Asamblea Federal debe servir de "relanzamiento del proyecto, de refundación" y garantizó que él colaboraría en el futuro en el puesto que le corresponda.

Llamazares se mostró optimista respecto al futuro de Izquierda Unida, señalando que "las cosas van a salir bien, en clave de recuperación" y que la federación de izquierdas es una organización "muy bregada, que sabe crecerse en las dificultades".