La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, restó ayer importancia a la votación que el pasado martes perdió el PSOE en el Congreso de los Diputados, y que supuso su primera derrota parlamentaria de la legislatura, ya que la moción aprobada es "de imposible cumplimiento", al afectar a competencias que sólo corresponden al Gobierno, y no al Parlamento. La moción, a iniciativa del PNV, pide al Ejecutivo la eliminación de un Ministerio.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz del Ejecutivo expresó su "respeto" a la decisión de los grupos del arco parlamentario, pero tildó de "sorprendente" dicha votación, ya que las competencias para "formar el Gobierno y decidir cuántas carteras y ministros hay son constitucionalmente exclusivas del presidente del Gobierno".

"Así lo establece la Constitución, y Zapatero ha elegido el equipo que ha considerado que puede favorecer mejor a los intereses de España para anticipar mejor la recuperación económica y el empleo y para fortalecer la cohesión", agregó.

De la Vega indicó que esta derrota "no tiene tampoco mayor importancia", porque se refiere a una moción "de imposible cumplimiento". En cualquier caso, insistió en que el Gobierno respeta las decisiones del Parlamento, subrayó que estas cuestiones forman parte de "la normalidad democrática del juego de mayorías" dentro de la Cámara Baja, e insistió en que es "muy importante" en una democracia parlamentaria "distinguir cuáles son los ámbitos de actuación y funcionamiento" de cada poder.

Además, denunció la actitud "llamativa" del PP y de sus "nuevos aliados parlamentarios", teniendo en cuenta "el pasado más cercano", ya que ahora son "compañeros de viaje" del principal partido de la oposición aquellos a los que antes "demonizaba". En su opinión, se trata de un "oportunismo político" que responde a "razones puramente electoralistas".