¡Qué disgusto, abuelito!

El Supremo ha dado luz verde a la exhumación de Franco en plena precampaña y destellan ciertos 'selfies' 

Decenas de personas de diversas organizaciones que respaldan la campaña #NiValleNiAlmudena, este martes frente al Tribunal Supremo.

Decenas de personas de diversas organizaciones que respaldan la campaña #NiValleNiAlmudena, este martes frente al Tribunal Supremo. / Fernando Alvarado (EFE)

El Tribunal Supremo ha dado luz verde "por interés general" a la exhumación de los restos de Francisco Franco y ha decidido que se le entierre en el cementerio de Mingorrubio, en El Pardo, donde residen su mujer y su hija y muchos otros políticos franquistas. Pobre, la familia del dictador no puede sepultar al abuelito donde quiera, ni mucho menos en la cripta de la catedral de La Almudena, como era su torticero deseo .

El torpedo judicial se ha lanzado en plena precampaña electoral de las elecciones generales del 10 de noviembre, es decir, de una manera muy oportuna para el correcaminos Pedro Sánchez, que en julio de 2018 preveía una exhumación exprés, en cuestión de días. La familia de Franco plantó pie en pared y a los socialistas se les evaporaron las prisas y se pusieron manos a la obra para que la exhumación se hiciera “con todas las garantías". Pero Sánchez, con sus urgencias electoralistas de las elecciones generales del 18 de abril, vuelve a patinar en marzo al fijar otra fecha, la del 10 de junio, para rematar la faena y los del pie en pared logran que el Supremo lo impida. Hasta este martes.

El Vaticano se ha quitado de en medio. La iglesia, también. Los benedictinos del Valle de los Caídos ya se han resignado, como su prior, al que le queda el terrenal recurso del pataleo: el 3 de octubre pronunciará la conferencia La influencia de Satanás en el mundo actual. Adivine a quién demoniza. Ya sólo quedan pendientes algunos flecos, como ese contrariado juez de lo contencioso que mantiene bloqueada la licencia de obras para retirar al dictador de su ignominioso mausoleo. Y los apenados nietos del dictador podrán elevar su rimero de recursos, tanto al Constitucional como al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Lo más curioso es comprobar la reacción de otros disgustados deudos con la sentencia del Supremo, todos esos que se están llevando las manos a la cabeza y que hablan de “profanación" (Santiago Abascal), esos ahorradores que no se gastarían “ni un euro" al efecto (Pablo Casado) o esos dolientes indolentes que se incluyen entre los “muchos españoles a los que a estas alturas no nos importa" el asunto (Albert Rivera).

Estos selfies de la derecha les retratan muy bien. De Vox no cabía esperar otra cosa y al PP le están mancillando su árbol genealógico y las fotos sepia de sus orígenes franquistas. Su resquemor es lógico. Pero el líder de Ciudadanos, que nació en 1979, no tenía necesidad de ponerse estup... endo ante este acto de justicia poética y poner peros virtuales, que hay miles de cadáveres de republicanos que permanecen en fosas comunes y parajes varios sin entierro digno -señor Rivera, que se le ve el plumero azulón- y otros miles que yacen en Cuelgamuros junto al sepulturero mayor del Reino de España. No le quitará el sueño, pero muchos de sus potenciales votantes de centroizquierda tomarán nota de la indiferencia generacional que esgrime. O alega. No somos nada canta La Polla Records sobre los nietos de los abuelitos que perdieron la Guerra Civil. Esta música, rabiosa y comprometida, tampoco le importará nada, claro. Como a muchos les (nos) importa un bledo, por poner un ejemplo, la de Malú.

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