La tensa conversación protagonizada este lunes por la portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Inés Arrimadas, y el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea –al frente de la corriente crítica de la formación naranja–, alimentó la percepción de que la cooperación entre ambos es actualmente inviable. Ambos intercambiaron impresiones ante los micrófonos de los medios de comunicación, en el vestíbulo de un hotel en Arroyo de la Encomienda (Valladolid), donde Arrimadas participó en un desayuno informativo al que asistió Igea.

Arrimadas insistió en que deberían mantener un "coloquio delante de la militancia" cuando Igea presente su candidatura y le remarcó que han hablado "muchas veces en privado", con llamadas y mensajes de Whatsapp que conserva. Tras escuchar esto, Igea retó a Arrimadas a hacer público el contenido de las conversaciones: "No tengo problema", le dijo.

Otro punto tenso de la conversación se produjo cuando la portavoz rechazó repartirse la dirección del partido "en un despacho", lo que negó Igea porque "nadie ha pretendido repartirse nada". "Nadie ha hablado de integración, lo sabes, y si quieres que hagamos públicas nuestras conversaciones, las podemos hacer", insistió el vicepresidente de la Junta castellanoleonesa.

En su fría despedida, Arrimadas reconoció el trabajo de Igea en el Ejecutivo regional y lo emplazó a salir de la Asamblea "unidos y adelante, reforzados, respetando el resultado de la militancia". "Por supuesto", contestó Igea.

Éste presentará hoy en Madrid su candidatura a liderar el partido salvo que haya una sorpresa mayúscula, según confirmaron a Efe fuentes de su entorno. "Hay un 99,999% de posibilidades de que lo haga", aseguraron las mismas fuentes, dando por hecho que Igea dará la batalla por la Presidencia del partido aunque es consciente de que es prácticamente torcer el brazo a Arrimadas. Y lo es salvo que se produzca una carambola que le coloque al frente de la formación naranja como le pasó cuando venció en las primarias para las autonómicas del año pasado a la candidata oficialista, Silvia Clemente, tras descubrir las irregularidades en el proceso de elección que obligaron a anular 80 votos.

Ha intentado Igea hasta el último minuto conseguir que Arrimadas asumiera algunas de sus exigencias para dar más voz a la militancia, acabar con el "cesarismo" que atribuye a Cs y que los dirigentes autonómicos fueran elegidos por sus respectivas militancias, pero la dirigente naranja hoy le ha vuelto a decir que no, esta vez a la cara.

Igea no podrá conocer los apoyos con los que cuenta en la Asamblea de marzo hasta después de que se registren este miércoles las candidaturas. Los fallos en la votación telemática del pasado sábado para elegir a los compromisarios han frustrado sus planes de saber con antelación cuál era el respaldo que podía tener en el cónclave.