Lucía Galán | Pediatra

"No sobreviviremos a una nueva oleada sólo con aplausos"

La pediatra Lucía Galán / M. G.

La pediatra Lucía Galán / M. G.

La pediatra Lucía Galán Bertrand (Oviedo, 1978) cuenta con más de 700.000 seguidores en las redes sociales y su blog recibe un millón de visitas al mes. Ahora con Planeta publica El gran libro de Lucía, mi pediatra, una guía actualizada sobre la salud de los niños desde el nacimiento hasta la adolescencia. La doctora reconoce que su viaje a Senegal y Níger con Unicef le cambió la vida:"Fue un baño de realidad y humildad".

–¿Es mal momento para que un niño tosa?

–[Risas] Muy malo.

–¿Cuándo nos vamos a acatarrar con tranquilidad?

–La tranquilidad del catarro ya ha desaparecido. Ahora los catarros nos roban el sueño a los pediatras. Prefiero que los niños cojan una diarrea, que se vayan por la patilla, a que estén tosiendo.

–Pero no todo es Covid.

–Claro que no. No todo es Covid, no todo ha sido Covid y no todo será Covid. Y hablando de niños, menos aún. Una de las cosas que más nos ha agobiado a los pediatras, o al menos a mí, era que se nos pasaran algunas enfermedades que son mucho más graves y más urgentes que el Covid-19.

–Normal.

–No tenemos que perder la perspectiva. Es muy importante lo que estamos haciendo en salud pública por la contención de la pandemia, pero hay que poner los pies en el suelo porque en los niños hay problemas más importantes que el coronavirus.

–Los médicos han trabajado mucho estos meses. ¿Son héroes?

–No son héroes. Los sanitarios hemos hecho aquello para lo que se nos ha entrenado: cuidar, diagnosticar y velar por el bienestar de nuestros pacientes. Nadie imaginaba que esto podía ocurrir, el esfuerzo ha sido sobrehumano.

–Sin duda.

–Pero no es bueno que la población piense que los sanitarios son héroes porque los héroes no se vienen abajo, no se caen, no pierden... En los héroes no hay lugar para la tristeza, la depresión o a la ansiedad. Y éstas son emociones que muchos compañeros están viviendo y necesitan de la empatía y la comprensión del resto de la población.

–¿El sanitario demanda algo más que un aplauso?

–Los aplausos siempre están bien, porque a todo el mundo le gusta sentirse reconocido en su trabajo, pero los sanitarios hemos echado en falta más recursos en todos los sentidos: personal, equipos de protección, hospitales... Los aplausos no nos protegen, no salvan vidas. Sí son un reconocimiento maravilloso. Y me siento superagradecida, pero no podemos sobrevivir a una nueva oleada sólo con aplausos.

–¿Necesitamos recuperar la calle?

–Necesitamos recuperar la calle, necesitamos recuperar la vida. Somos seres sociables, necesitamos vernos las caras otra vez. Necesitamos que nos dé el sol, siempre manteniendo todas las recomendaciones sanitarias. El ser humano no está preparado para estar confinado mucho. Somos seres sociales por naturaleza.

–¿Qué vamos a hacer cuando vuelva el colegio?

–Al igual que nos hemos tenido que adaptar todos a esta nueva situación en el trabajo, en el colegio ocurrirá lo mismo. Tenemos que garantizar la educación de los niños, pero también su seguridad y la de los profesores.

"Deberíamos recordar a Miguel Bosé que las vacunas salvan entre dos y tres millones de vidas cada año"

–¿Hay futuro sin vacuna?

–Futuro siempre hay. Mientras hay vida, hay presente y hay futuro. Pero será un futuro mucho más tranquilo cuando tengamos la vacuna.

–¿Le ha sorprendido el discurso antivacuna de Miguel Bosé?

–Sí me ha sorprendido cómo una persona tan vivida y tan experimentada como él, padre además, tenga esa opinión tan alejada de la realidad, tan alejada de la evidencia científica y tan sumamente dañina. Deberíamos recordar a Miguel Bosé que las vacunas salvan entre dos y tres millones de vidas cada año.

–Un argumento aplastante.

–Las vacunas son uno de los mayores avances de la historia de la medicina. Publicar ese tipo de comentarios en las redes sociales es un acto irresponsable y pone en peligro la vida de muchas personas, niños, incluidos los suyos. No merece darle mucha más publicidad por los despistados que se puedan unir a su discurso, pero sí que tenemos que ser muy contundentes con estos comentarios de personalidades públicas que puedan despertar alguna duda. Con que una sola familia dude en vacunar, ya habremos perdido todos.

–Por cierto, ¿se nos está vendiendo una imagen idílica de la maternidad?

–Sí, siempre se ha dado. Pero desde hace ya años son muchas las voces que intentamos dar una visión realista de la maternidad. La maternidad te cambia la vida, descubres que nos vas a querer a nadie más que a tus hijos, más que a tu propia vida, y este descubrimiento es revelador.

–Es un momento crucial.

–También es verdad que la maternidad y la paternidad son un camino difícil, cuesta mucho, hay muchas sombras, muchos túneles y hasta ahora se había hablado muy poco de ello. Genera un sentimiento de culpa en las familias, genera soledad, la sensación de que no lo estás haciendo bien por esos modelos que ves fuera.

–Ayudan libros como el suyo: El gran libro de Lucía, mi pediatra.

–Abarca toda la infancia y adolescencia de nuestros hijos. Intenta aportar todos los conocimientos que necesitan los padres de hoy en día cuando ven que a sus hijos les pasa algo, pero sin perder el sentido común.

"El fracaso es una de las armas más poderosas del aprendizaje. El éxito no educa ni enseña"

–¿Con los adolescentes hemos perdido la batalla en las nuevas tecnologías?

–Noooo. La batalla no se pierde. Todo pasa por una correcta educación en las nuevas tecnologías y en las redes sociales. Es muy importante poner líneas rojas, restringir el tiempo de conexión. Esa educación debe ser desde pequeño, no cuando ya tienen 15 años.

–¿Falta inculcarles cultura del esfuerzo?

–Hay de todo. Los padres que no lo han tenido fácil en la vida dan máxima prioridad en la educación de sus hijos a este valor.

–¿El fracaso es una opción?

–El fracaso es una de las armas más poderosas del aprendizaje. Aprendemos a través del ensayo y el error. El éxito no educa, el éxito no enseña. Enseña cuando detrás de ese logro ha habido unos cuantos fracasos.

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