Gustavo Palomares. Catedrático de la UNED, politólogo y presidente del IAEE.

"El nacionalismo reaccionario está ganando por ahora"

"El nacionalismo reaccionario está ganando por ahora"

"El nacionalismo reaccionario está ganando por ahora"

-Se hablaba del Donald Trump candidato y del Donald Trump presidente como si fuesen algo distinto. ¿Cuál cree que nos encontraremos?

-Pues creo que veremos a un Trump a mitad de camino porque ni puede hacer todo lo que dijo ni tampoco puede darle la espalda a sus electores. Es como si condujese un elefante que ha entrado en una cacharrería y que, por pequeño que sea su margen de maniobra, pues ya hay unas dinámicas previas y unos controles, no deja de ser un elefante. Por poco que se mueva va a causar un destrozo. El mundo se va a tambalear.

-¿Asistimos a un cambio del orden internacional?

-Claramente. Asistimos, probablemente, al momento de mayor desorden global desde la II Guerra Mundial, incluso por encima de los primeros años de la Guerra Fría. El hecho de que no exista un actor que pueda controlarlo todo ha provocado inestabilidad en todas las áreas. La salida de Obama significa que desaparece un elemento moderador. ¿Podrán o querrán los Estados Unidos jugar ese papel regulador ahora? Ahí está una de las grandes preguntas de hoy.

La herencia de Obama está hipotecada; se demuestra que los procesos históricos no son irreversibles"

-¿La Unión Europa tiene bríos para encarar estos retos?

-La llegada de Trump, más allá de las visiones negativas, puede ser una oportunidad para cambiar algunas dinámicas y para que la UE juegue el papel que debe de jugar y que no asume. El problema es que la Unión ni tiene capacidad económica, con su crisis monetaria y laboral, ni voluntad política para contrarrestar el efecto negativo de Trump. No hay liderazgo político como para soñar con eso. Y siento ser pesimista, pero me parece que es la realidad.

-¿Cómo se pueden ver afectadas las empresas españolas y andaluzas?

-El nuevo Tratado de Comercio estaba ya a punto de culminarse. Y es un tratado importante, que representa el 51% del PIB mundial. Si efectivamente la nueva Administración desarrolla barreras arancelarias y proteccionistas y se va al traste este tratado, eso afectará muy negativamente a transacciones e inversiones españolas y andaluzas en Estados Unidos, y en algunos sectores estratégicos puede tener un efecto importante. Por ejemplo, los automóviles y sus empresas accesorias, o la agricultura, o los textiles. Se producirán cambios sensibles. Pero el mayor peligro no está ahí, por peligroso que esto sea, sino que lo terrible es que los propios EEUU pueden alentar ahora un resurgimiento del nacionalismo reaccionario y del populismo en todo el mundo. Donald Trump es un fruto de eso mismo, y el populismo reaccionario, que no es nada nuevo, ya sabemos lo que conlleva: exclusión, racismo… Por ahora, el nacionalismo y el populismo reaccionario van ganando y existe un riesgo real de contagio, con elecciones a la vista en países tan importantes como Alemania o Francia. Trump es sólo la cresta de la ola.

-¿Puede ser el Partido Republicano el mayor enemigo de Trump?

-Yo no pienso eso porque Trump ha supuesto una gran transformación en el espectro conservador. Incluso creo que a la pregunta habría que darle la vuelta: ¿será capaz el viejo Partido Republicano de resistir el torbellino Trump? No hay que olvidar que la gente no ha votado al Partido Republicano, sino que ha votado a Donald Trump y que con cualquier otro candidato habrían perdido ante Clinton. Ha sido una victoria personal, incluso frente al Partido Republicano, que fue un derrotado más. Dentro del Partido va a haber cambios importantes, y sólo basta ver que por el despacho de Trump ya han pasado personas de la vieja guardia que estuvieron en su contra como Paul Ryan o Mitt Romney. Incluso lo han hecho las grandes autoridades republicanas, caso de Kissinger, James Baker o Condolezza Rice, a la que llamó en su día bruja y puta. Todos se están plegando ante la victoria.

-Usted defendió a Obama desde los inicios. ¿Cree que el mundo lo añorará?

-Pues pienso que sí. Hace sólo dos años Obama dijo que Estados Unidos había comentado a resurgir, y dio para ello diez argumentos. Habló del modelo económico, de la relación con la UE, del regreso a casa de las tropas, del sistema sanitario, del cambio climático… Ahora llega, sin embargo, el torbellino Trump y veremos lo que queda de la herencia Obama, que está hipotecada. Lo que se demuestra una vez más es que los procesos históricos no son irreversibles. En sólo dos años ha desaparecido el sueño, y lo mismo ocurre con la UE. Da la sensación de que el ser humano no aprende.

-¿Y España puede jugar algún papel?

-España puede tener un rol importante, de mediación, de moderación, algo que se puede hacer gracias a las relaciones históricas y al amplio reconocimiento que algunos personajes españoles mantienen en el universo Trump. Pero hay que jugar bien las bazas.

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