Manu Marlasca | Periodista

“Las redes dan a los pederastas sensación de impunidad”

Manu Marlasca.

Manu Marlasca. / D. S.

“A veces me pregunto -dice-, cómo hubiera sido mi vida si hubiera aceptado trabajar en Diario de Cádiz en el 87”. En el camino elegido no parece haberle ido demasiado mal. Manu Marlasca (Madrid, 1967) es nieto e hijo de periodistas y lleva más de tres décadas cubriendo informaciones de sucesos. Actualmente, colabora con Julia Otero con su Territorio Negro y dirige el programa Expediente Marlasca: historias de malos, en La Sexta. En su último título, Cazaré al monstruo por ti (Sinficción) relata los entresijos de la Operación Candy, en la que se detuvo al pederasta de Ciudad Lineal.

–¿Por qué retomar la operación Candy como relato?

–Como es lógico, como periodista de sucesos, en los tiempos en los que actuó el pederasta de Ciudad Lineal me tocó cubrir la información, que siempre me pareció apasionante. Pero también siempre tuve la impresión de que había muchas cosas que se habían quedado por contar, porque los policías que se encargaron del caso no tenían el perfil típico del policía al que le encanta hablar con la prensa. De hecho, todo lo que sobrevuela el libro es la operación desde la experiencia personal de los policías.

Cazaré al monstruo por ti da bien la medida del día a día. De ese vivir durante meses en una habitación de 25 metros que tiene poco que ver con la realidad de las películas.

–Cuando conoces el trabajo policial, las series y las películas te provocan cierta sonrisa: esto de echar abajo puertas con explosivos, o tirarse de los coches... La realidad tiene más que ver con pasarse jornadas enteras comprobando datos de imágenes y teléfonos.

–¿Qué cualidad principal hay que tener para hacerse cargo de este tipo de casos?

–Pues yo creo que tienen que ser tipos con verdadera vocación de servicio, que es algo que se supone en la placa y el uniforme. Pero, en este caso, las llevarón hasta el extremo. Llegó un momento en el que todos los agentes implicados asumieron que se les había acabado la vida hasta conseguir pillar al pederasta de Ciudad Lineal. Muchos tenían hijos en ese momento: uno de ellos tenía a una niña pequeña y decía que no podía ni bañarla de lo tocado que estaba. Hay que pensar que trataron personalmente con las niñas, con Xia, a la que destrozó. El mirar tan de cerca la maldad te deja cicatrices inevitables.

–¿Tiene un límite de dedicación en el tiempo?

–Todos ellos pertenecían ya al Servicio de Atención a la Mujer (SAM, actual UFAM). Ocurre que el ataque de este pederasta era muy excepcional: no llamaba la atención y actuaba a plena luz del día. No es algo que suela pasar, ni siquiera en Madrid, donde tenemos de todo. Casi ninguno de ellos sigue hoy en día en estos temas.

–Y eso que, dice, el SAM-UFAMparece el patito feo de la brigada.

–Y es la dependencia con más detenidos, y con más arrestos y diligencias, pero para ellos nunca hay dinero, ni coches. Sus instalaciones son pequeñas y nunca hay medios:eso va para la droga y el crimen organizado.

–Precisamente, una de las cosas que se ve en este libro es lo gravoso que es mantener un dispositivo policial durante más de dos meses.

–El éxito de la caza del pederasta de Ciudad Lineal se debe en gran parte a la lucha de un comisario, Luis Conde, que creyó a ciegas en su gente cuando le decían que estaban ante un tío muy peligroso. Aguantó presiones de políticos y de superiores.

–Habrá visto que en casos de abusos o maltrato a niños, decimos mucho:‘Tiene que estar loco’.Pero no es así.

–No, claro. Tras 31 años informando sobre crímenes de todo tipo, he visto a psicóticos, esquizofrénicos, paranoicos... Pero los delitos sexuales no suelen ser cometidos por estos perfiles:tienen un trastorno de personalidad más cercano a la psicopatía que a ningún tipo de enfermedad mental.

–¿De qué manera han complicado y de qué manera han facilitado las actuaciones en estos casos las redes sociales?

–Las redes sociales e internet lo que les han dado a los pederastas es una sensación de comunidad. Cuando uno de ellos entra en las redes llega a contactar con mucha gente como él, y piensa: ‘Eh, lo mismo esto no es tan malo’. Se autojustifica.

–¿Cuáles son las opciones de recuperarse de un niño que ha sufrido abusos?

–En general, afortunadamente, con el apoyo y la vigilancia necesarias pueden llegar a realizar un desempeño bastante óptimo. Luego hay casos como el de Xia, la niña china, que era muy frágil de constitución: sus lesiones fueron mucho mayores y tendrá que estar acudiendo a revisiones toda su vida. Y las lesiones psicológicas eran casi más graves. A todo ello se añadió que la familia entró en una especie de dinámica de negación. Tanto en La Paz como servicios sociales estuvieron muy pendientes, y la niña empatizó enseguida con la psicóloga de la Comunidad de Madrid, a la que creo que sigue viendo.

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