Lucía Gómez-Lobato | Periodista

"Con más tiempo la moción de Sánchez habría colapsado"

"Con más tiempo la moción de Sánchez habría colapsado"

"Con más tiempo la moción de Sánchez habría colapsado" / M. G.

La periodista logroñesa Lucía Gómez-Lobato, que desde hace unos meses reside en Brasil, se siente "muy afortunada" de haber cubierto para una cadena nacional -La Sexta- la primera moción de censura que salió adelante en España. De su experiencia esos días entre mayo y junio de 2018, publica el relato La moción. Los diez días que cambiaron la historia de España, de la mano de la editorial sevillana Samarcanda. "Con un 30% de indecisos", recomienda que la gente lea el libro "antes de votar" en estas elecciones, porque "encontrarán claves" que no conocían.

-El 24 de mayo de 2018 sale la sentencia de Gürtel y comienza el baile de la moción. ¿Se lo creía el PSOE?

-No. Se vio obligado por las circunstancias. Rajoy decidió no decir ni hacer nada en el margen que le dio el PSOE.

"La gente presume abiertamente de votar a Vox, hasta hace cuatro días había cierto complejo"

-Los socialistas no salían en los telediarios, estaban casi en la irrelevancia.

-En el Congreso mantenían un perfil deliberadamente bajo. Estaban en otro registro diferente al ataque tan brutal de después. Buscaban pactos de Estado. Y de repente dieron este golpe de mano y sorprendentemente, incluso para ellos, les salió bien.

-¿Quién fue el cerebro: Sánchez, Ábalos, Redondo?

-Redondo escribió un año antes, cuando Sánchez fue reelegido secretario general: "Puede ser presidente en un año con una moción si la corrupción persiste en el PP". Sonó a augurio, pero cobró valor un año después. Redondo fue el ideólogo.

-Lo vio claro.

-El PSOE no tenía una estrategia porque, a priori, no le daban los números. Pero al salir una sentencia tan dura contra el PP, siente que no le queda otro remedio y en vez de pedir ayuda a los independentistas, los obliga a posicionarse: "Vosotros veréis".

-Con los Presupuestos (PGE) aprobados, el Gobierno estaba tranquilo.

-Los aprobó el día antes de la sentencia. Estaban confiados y no reaccionaron. Horas antes de la sentencia, Sáenz de Santamaría llamó a Aitor Esteban (PNV): "Va a salir la sentencia de Gürtel y creemos que no es buena, pero intentaremos capearla".

-¿Parecía amortizada, no?

-Claro. Además, debió hacerse pública ese lunes. Curiosamente, hubo un voto que la retrasó hasta después de los PGE. El PNV se sintió manipulado por el PP.

-Sí, pero Rajoy le dio el oro y el moro al PNV.

-Esa concesión se la respetó el PSOE. El PNV ahora sí admite que con el PSOE tiene más oxígeno, porque los socialistas han abierto el Estatuto de Guernica para hablar de más de 30 competencias para Euskadi. Un éxito histórico para el PNV.

-¿No se deslizó nada de indultos a los independentistas desde el PP?

-No. Tras la moción, Sáenz de Santamaría le dijo a Ester Capella (ERC) que "Junqueras no debía estar en prisión" después de que ésta le entregara un mensaje desde la cárcel que decía: "Sin odios, sin rencores, hacemos lo que es mejor para Cataluña".

-Hay dos imágenes impactantes. La primera, Rajoy saliendo aturdido de un bar. ¿Cobardía o dignidad?

-No sé si fue cobarde o digno. Animado por su jefe de Gabinete y por Hernando, pensó: "Para qué volver si se examina a Sánchez". Lo persuadieron con este argumento.

-Ya, normal.

-Su idea original era volver a La Moncloa, porque no iba a volver al Congreso. Pero su mujer le dijo que no, que estaba empaquetando y que se le iba a caer el mundo encima, que los niños no entendían nada y que por favor no volviera. Él improvisó y decidió irse a comer por allí. Luego se alargó el almuerzo y se quedó hasta las 10 de la noche.

-Yo hubiera hecho igual.

-Es verdad que quería irse a casa a comer, pero su mujer lo disuadió y tampoco le quedaban más opciones.

-La segunda es el bolso de Soraya en el sillón de Rajoy. Puso algo de humor.

-Fue una reacción relajada, caprichosa. No se percató de lo que suponía esa imagen. Luego confesó que en su familia siempre se había dicho que si ponías el bolso en el suelo, perdías el dinero. Sabía que Rajoy no iba a volver.

-Sánchez ofreció a Rajoy la salida de la dimisión.

-No era una solución que dimitiera y Sánchez lo sabía perfectamente. Pero, de cara al votante, mostraba que no tenía ansiedad por el poder. Por eso le ofreció la dimisión.

-¿Qué papel jugó Rivera? ¿Pecó de novato?

-Es curioso porque pasó inadvertido. Pero al final fue Cs el que decidió que esto iba a salir adelante. En el PP no le perdonan que fuese el promotor del cambio de esa manera pasiva, con el apoyo a una segunda moción instrumental de Podemos.

-¿Ya no debe sorprender que triunfe una moción?

-No es fácil que pasen todas esas circunstancias excepcionales, empezando por la mala decisión de Rajoy de pedir a Ana Pastor que fuera cuanto antes pensando en que el PNV no cambiaría de opinión; si hubiera sido más tarde, se habrían merendado entre ellos. Lo admiten PDeCAT, ERC, PNV y Podemos.

-La rapidez fue la clave.

-Si hubieran dejado más tiempo, se habrían atascado en negociaciones imposibles, habrían recibido presiones para sacar tajada y la moción habría colapsado.

-Y hubo más casualidades.

-Sí. A Puigdemont le pilló en plena mudanza y no se enteró de lo que pasaba. Se fió de lo que habló con Pablo Iglesias y dio un paso que él no hubiera dado, porque él no quería apoyar la moción. Con el PSOE en el Gobierno no podían mantener en Europa un relato victimista.

-¿Cuántas elecciones nos quedan todavía?

-No lo sé, pero Puigdemont se ha cargado a la facción moderada del PDeCAT. El apoyo de los independentistas ahora va a ser carísimo.

-¿Y el factor Vox?

-En el avión de Sao Paulo vine con un comercial español y hablando de las elecciones confesó que apoyaría a Vox pese a que de joven votaba a IU. Y que sus hijas, que votan por primera vez, estaban enamoradas de Iglesias hasta hace dos años, pero ahora iban a votar a Vox.

-¡Qué cambios!

-Cuando me fui a Sao Paulo a vivir, Vox sólo sonaba. Y ahora no sólo es verdad que está por todas partes, sino que la gente presume de votar a Vox abiertamente. Hasta hace cuatro días había cierto complejo por parte de los votantes de la derecha. Y ese cambio de pasar de IU a Vox está pasando. Hay cierto sector de la población que quiere romper con lo que hay y, como piensa que Podemos está amortizado, pues vota a Vox.

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