Juan Gómez Jurado | Escritor y periodista

"Criticar un libro porque tenga mayor éxito es ridículo"

"Criticar un libro porque tenga mayor éxito es ridículo"

"Criticar un libro porque tenga mayor éxito es ridículo" / víctor rodríguez

Juan Gómez Jurado (Madrid, 1977), escritor y periodista, es el autor español que más libros ha vendido en formato electrónico. Autor de novelas publicadas en más de 40 países y traducidas a 40 idiomas, Gómez Jurado asegura vivir ajeno a la realidad de un superventas. Su día a día se basa en lidiar con los deberes de Matemáticas de su hijo, ciencia de la que confiesa no ser un entendido. Ahora, el autor acaba de publicar Reina roja, un thriller ambientado en Madrid con una inteligentísima mujer como protagonista.

-Acaba de publicar Reina roja, un thriller trepidante con una mujer muy especial como protagonista. ¿Es este género la estrella patria?

-Si hablamos de títulos donde hay mayor abundancia de publicación, sin duda, en España, sería la novela histórica. Es verdad que si se mira el ranking de los libros más vendidos hay thrillers, romance y novela histórica. Es curioso que cada vez haya menos autores extranjeros en la lista. Eso sí que es llamativo. Durante la década pasada nos habíamos entregado demasiado a los autores extranjeros y ahora estamos recuperando el sabor por lo nuestro. Además, nos lo demandan desde fuera, que es lo curioso.

"Pocas novelas de misterio tienen a mujeres como protagonistas; siempre estaban definidas por los tópicos"

-La acción la sitúa en Madrid, ¿la capital para un thriller?

-¿Sevilla para una novela histórica? Casi siempre he tenido que pelear contra los tópicos cuando he escrito una historia. Madrid y thriller parecían conceptos antagónicos, pero es que en Reina roja todo se sale de lo habitual. Los autores españoles huyen de ambientar una novela de misterio en España porque todo nos queda demasiado cerca y, por tanto, es más difícil de hacer. Pero me he vuelto a enamorar de Madrid y me apetecía ambientar la acción allí.

-La protagonista de su libro es la mujer más inteligente del mundo y tiene dificultades en sus relaciones personales. ¿Cómo se llega a un personaje así?

-Todas las mujeres, cuando leen el libro, se sienten identificadas con ella. Es una mujer que tiene que esconderse en la mediocridad para ocultar su extraordinaria inteligencia, algo que le pasa a muchas mujeres porque, por desgracia, seguimos viviendo un mundo de hombres. Muy pocas novelas de misterio tienen a una mujer como protagonista y las veces que la han tenido estaban muy definidas por los tópicos; casi que hubiera sido mejor que no hubiesen sido protagonistas. Siempre han tenido el rol de género, han sido mujeres dominadas por sus sentimientos. Antonia no es así.

-¿Sigue vigente eso de que una mujer disimule sus capacidades para no resultar apabullante y un hombre sus sentimientos para no parecer blandito?

-¿Puedo responder con solo dos letras? Sí.

-Se ha dado cuenta a posteriori de lo que subyace en su libro. ¿Es el subconsciente el que manda a la hora de escribir?

-Es muy difícil precisar de dónde nace una historia cuando un escritor se enfrenta a una página en blanco. Hay una parte consciente en la que intentas conseguir que el lector pase las páginas muy deprisa, y otra en la que la historia que se escribe sola. Eso quiere decir que hay una especie de corriente que nace en tu interior en la que los personajes hablan de una forma determinada y todo encaja de forma inconsciente.

-En la mayoría de las canciones el significado se lo da el que la escucha, ¿ocurre igual con los libros?

-Los escritores nos lo solemos callar pero la mitad del trabajo lo hacemos nosotros y la otra mitad los lectores. El trabajo que se produce en su cabeza tiene que ver con quién eres tú. Cuanto más lleves al libro, más sacas de él y se convierte en algo mejor o distinto. Por eso a veces escondo referencias que tienen que ver con obras que muy poca gente va a ser capaz de reconocer. Me divierte que el que sea capaz de llegar allí sienta una especie de escalofrío.

-La opinión de la crítica y la del público, en su caso, parecen ir de la mano. ¿Aumenta el nivel de exigencia o se relaja uno?

-Cada día mi nivel de exigencia es mayor pero no tiene que ver con el éxito. Creo que tiene que ver con que por dentro me exijo mucho a mí mismo y cada vez intento hacerlo mejor.

-Dicen que el número de ventas no define a un buen escritor.

-El número de ventas define al público. Sólo tengo que satisfacer a un lector y es a mí. Escribo el libro que quiero ver en las estanterías y luego son otros los que deciden convertirlo en éxito.

-Usted es una máquina de las redes sociales, ¿hasta qué punto influyen en el éxito de un producto?

-Twitter es como una plaza pública donde te puedes encontrar de todo, España entera está reflejada. En mi caso, siempre me encuentro gente que me hace comentarios positivos. Es muy bonito poder interactuar en tiempo real con tus lectores. En redes sociales no todo es negativo.

-¿Es incompatible leer a Saramago con disfrutar de Harry Potter o sólo lo es de cara a la galería?

-Una vez un catedrático de Harvard dijo que los que leían a Harry Potter eran masas idiotizadas. Qué enorme arrogancia. Cómo podemos creer que una persona que no ha leído en su vida va a agarrar El Quijote o Hamlet y ser capaz de entenderlas o disfrutarlas. A la hora de escribir intento que el lector sea el centro de todo, para otros autores el centro es el lenguaje. Eso está muy bien y es necesario, pero tiene que haber un espacio para todo. Criticar algo porque aparentemente tenga mayor éxito es ridículo.

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