Mario Vaquerizo. Escritor, actor, músico y representante

"Nos han inculcado que somos mejores si estamos enamorados"

"Nos han inculcado que somos mejores si estamos enamorados"

"Nos han inculcado que somos mejores si estamos enamorados" / G. h.

-Alaska y Mario forman ya una pareja histórica, como Bogart y Bacall o Dalí y Gala. Y de repente, esta semana, durante la promoción de El amor sigue en el aire, sorprenden diciendo que el año pasado vivieron una crisis.

-La obra es un repaso a todos los estadios del amor, desde el momento de conocimiento, a la explosión, estar on fire, pasando por conocerse un poco más, luego estar un poco más apáticos e, incluso, momentos de hielo. En el caso de Alaska y yo, que llevamos 18 años, también hemos pasado por algunas situaciones de la función. Obviamente no es agradable, porque no estás al cien por cien y la otra persona también se decepciona. Pero siempre al final, como en la obra, termina triunfando el amor.

Con Alaska ha habido momentos más álgidos y otros más bajos, pero yo sigo enamorado de mi mujer"

-¿Las crisis, entonces, son sólo etapas del amor?

-Si hay crisis en la pareja es que el amor sigue estando vivo, porque en el momento en el que ya no hay nada te separas y a otra cosa mariposa. O eso creo yo que debe hacer la gente. El amor sigue en el aire siempre y cuando haya amor de verdad. Con Alaska ha habido momentos más álgidos y otros más bajos, pero yo sigo enamorado de mi mujer. El problema es cuando la gente juega a estar enamorada y no lo está. Nos han inculcado que somos mejores personas si estamos enamorados y muchas veces es mejor solo que mal acompañado.

-Ustedes se sumaron al proyecto casi de casualidad.

-Sí, nos sumamos a El amor está en el aire de forma accidental, cuando los personajes de Carlota y Paco se incorporaron al proyecto, que pasó a llamarse El amor sigue en el aire. Hace un año nos llamaron para colaborar en cinco funciones en Navidad y aceptamos porque el texto nos gustaba, porque habla nuestro idioma, no es una obra de Chejov. Además estaban Bibiana y Manuel. Pero cuando llegó el momento nos lo tomamos muy en serio. No porque seamos amigos esto es un jijí, jajá.

-¿Ha sido difícil?

-Tanto para Alaska como para mí era la primera vez que hacíamos teatro y queríamos hacerlo bien. En mi caso significaba someterme a la disciplina de un texto, porque aquí no hay cabida para la improvisación y yo lo utilizo mucho en mis apariciones televisivas y en la radio, porque hago de mi mismo. Yo, interpretando a Paco, jamás me permitiría improvisar, porque me parecería una falta de respeto hacia mis compañeros y hacia el autor de la obra. A base de tesón, trabajo y estar con las orejas abiertas a todos los consejos que me han dado Manuel y Bibiana hemos creado un personaje que creo que a la gente le gusta.

-No se le resiste nada.

-Tanto Alaska como yo tenemos la suerte y el lujo de que nuestras aficiones se hayan convertido en nuestro medio de vida.

-¿Le proponen muchas cosas?

-Ahora que soy más famoso, muchas, pero yo no digo a todo que sí. Hace dos años me ofrecieron hacer teatro y lo rechacé, porque no me gustaba el texto.

-Parece que en comedia funciona muy bien la fórmula de "rentabilizar la amistad". Hay muchos grupos de habituales como los de James Franco y Seth Rogen, Adam Sandler y Rob Scheneidr, o Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla.

-Sí, pero yo tengo muchos amigos con los que jamás trabajaría, porque sé que no me voy a entender aunque se dediquen a esto del espectáculo. En este caso, fíjate, nos hemos hecho mucho más amigos en el último año porque hemos convivido más. Aquí ha habido una conjunción de estrellas que ha permitido que trabajemos bien, mucho y que nos divirtamos, pero eso no pasa siempre con todos tus amigos.

-Escritor, cantante, actor, colaborador de radio y televisión.... ¿Dónde se siente más cómodo?

-Con el teatro ocurre como con los conciertos: el proceso de creación del disco es como el de un personaje, y luego coges la furgo y te vas con las Nancys Rubias o con los compañeros estilo familia de cómicos... Cuentas con el contacto del público, que es vital. La tele y el cine no tienen eso, y no es ni mejor ni peor, es diferente. Tengo la suerte de que me gusta todo, pero para lo bueno y para lo malo, porque al final terminas todo el día trabajando.

-En esta profesión, ¿hay que aprovechar cuando se está en racha?

-Todo es efímero, desde la vida hasta los trabajos. Pero mi base laboral la tengo muy establecida, porque he vivido y vivo de ser mánager y periodista. A partir del éxito de Alaska y Mario, mi proyección mediática se amplió, pero no es cuestión de aprovechar y aprovechar. Si sientes que estás en una situación de lujo, lo contemplas todo de una forma más lúdica, sin que se me vaya la vida en ello.

-Como representante, ¿es estilo Paquita Salas?

-Yo no he sido un representante al uso porque no soy nada agresivo. Soy muy serio, pero siempre con educación. La relación de representante y representado tiene que ir siempre de la mano, es como una pareja. Los Javis y Brays han plasmado un determinado gen de los representantes que está muy bien clavado, y yo conozco a muchos. Ella es muy buena persona pero es antigua, de la vieja escuela. La gente joven que se dedica a la representación lo viven esto de una forma mucho más relajada y más natural.

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