Santi Serracamps

"La idea es que el humano se convierta en caballo"

Santi Serra durante uno de sus números ecuestres en Sicab.

Santi Serra durante uno de sus números ecuestres en Sicab. / M. G.

En la comarca de Osona, en el corazón de la provincia de Barcelona, nació Santiago Serracamps (Roda de Ter, 1998). Desde su infancia, cuando empezó a hacer equilibrios sobre caballos, estuvo jugando con animales. Algo que no sólo no ha dejado, sino que ha llevado al extremo de hacerlos partícipes de su profesión. En 2005, aprovechando la manada de caballos árabes que tenía en casa para la cría, se puso a estudiar a fondo su comportamiento en libertad, los liderazgos o la reproducción. Y en 2007 debutó con Kyfruc en un show junto a Texas, su perro border collie.

-Para el que no le conozca, que son cada vez menos, ¿quién es?

-Me defino como un amigo de los animales. Lo único que quiero es intentar entenderlos y jugar con ellos. Eso trato de demostrar en la pista donde actuamos. En América me dicen que soy el horsemanship (especialista en equitación), en Francia el maestro, en Rusia el mago. Al final, lo único que quiero es ser amigos de los animales y entenderlos para que ellos me entiendan.

-¿Cuándo se inicia su relación con los animales?

-Toda la vida. Quería hacer algo diferente con ellos. Mis padres son criadores de caballos árabes y lo tenía como un hobby. Yo quería llegar a un punto más. No sólo competir, sino otras metas. Poder ir el mundo haciendo ver a la gente que sin el maltrato, con el bienestar y el juego, se puede conseguir lo que quieras.

-¿Cómo se tomó su familia la decisión de dedicarte artísticamente al caballo?

-Al principio es difícil cuando les dices que quieres ser artista ecuestre, pero cuando me vieron entrenar me apoyaron al cien por cien y están encantadísimos. Mi madres está eufórica de que esté por todo el mundo. Estoy muy contento de poder trabajar con mi hermano, que es mi mano derecha y mi manager. Sin ellos yo no estaría aquí.

-¿Y su carrera? ¿Cuándo fue ese primer momento?

-Un buen día me contrataron para un espectáculo con lazo donde estaban actuando los mejores. Unos días antes del espectáculo los nervios me devoraban, tuve un sueño en donde todos mis caballos obedecían mi voz e iban en libertad. Este sueño paso como muchos sueños que tenemos. Llego el día del espectáculo, el público estaba un poco apático me tocaba salir a mi yo no quería, había verdaderos artistas y yo solo era un novato.

-¿Hay mucho trabajo detrás de cada número que vemos sobre la pista?

-El trabajo es aprender de ellos y, cuando lo consigues, es todo mucho más fácil. Saber cómo se comportan y cómo viven. Mi método es hacer que el humano se transforme en caballo y no al revés. De esta forma todo es mucho más fácil. 

-Le da mucho protagonismo, ¿qué significan para usted?

-Son brutales. Mi familia. Ellos son los artistas. Yo lo que hago es ayudarlos. Ahora mismo tengo 38. Yeguas de cría, potros que están empezando, otros que se han jubilado. Una familia muy numerosa. La convivencia es maravillosa. Por las noches están en sus cuadras con su heno y vendajes como si fueran deportistas de élite. Por el día están en el campo en manadas para que hagan su vida y estén felices.

-Y estar en Sicab, ¿qué supone?

-Sicab siempre ha sido una palabra muy fuerte. Para mí, es una de las mejores ferias que existen en el mundo y la tenemos en nuestro país. Cuando te llama una feria así y te dice que te quiere para que actúes en su espectáculo es estar viviendo un sueño.

-Uno de sus puntos fuertes es la conexión con el público, ¿qué opina de los aficionados andaluces?

-Me encanta Andalucía. Antes de comprarme la finca en la Costa Brava estuve mirando para comprarla en Andalucía, pero me quedaba demasiado lejos porque estamos actuando por toda Europa y todo el mundo y quedaban muy lejos los viajes. Si no, estaría viviendo aquí ahora.

-En sus espectáculos no sólo participan caballos, sino que también aparece un águila.

-Me encantan todos los animales. En mis espectáculos quiero mostrar la libertad y no hay nada más libre que los pájaros.

-¿Qué opina del animalismo?

-Hay mucho animalista que no tendría que ser animalista, porque lo más importante para un animalista debería ser saber de ellos y aprender de ellos. Intentar respetarlos y cuidarlos como se merecen. Dentro del animalismo hay una moda y deberían aprender más de ellos para cuidarlos como se tiene que hacer.

-¿Y de los toros?

No. Los respeto, pero me siento mal con la caza, los toros y cualquier actividad que implique matar animales, pues eso no está dentro de mi mundo.

-Por último, ¿cómo ha pasado la pandemia? ¿Le ha servido para cargar las pilas?

Bastante bien. Han sido unas vacaciones en casa, en la finca de la Costa Brava, en las que he podido dejado descansar a mis artistas tras una temporada larga. Y ahora con mucha fuerza de volver a empezar, porque tenemos proyectos muy chulos. Tenemos cosas en televisión y espectáculos preparados para dentro de poco. Estaremos en los países árabes, en Estados Unidos y en diferentes sitios del mundo actuando. Tengo muchísimas ganas de volver.

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