MARÍA DEL MAR RODRÍGUEZ, 'LA MARI'. CANTANTE

"Me gusta caminar sola sin sentirme una borrega"

-Después de varios años al frente de Chambao, ¿qué siente ahora que vuela sola?

-Tampoco es una cosa que me haya planteado, ni ahora que estoy sola ni antes que estaba rodeada de más gente. Lo que siento es que la música es lo que me hace volar y me aporta alegría, con independencia de la compañía o la soledad a la hora de cantar.

-Aunque no se haya planteado el antes y el después, el título de su último trabajo, Nuevo ciclo, hace pensar que vive otra etapa.

-Ahora mismo estoy en un momento muy bonito de mi vida, un momento en el que no hay ningún disfraz. Por eso creo que es una fase en la que soy como una niña porque estoy disfrutando y curioseando bastante. Cuando uno es pequeño sólo busca divertirse y no tiene filtros a la hora de realizar una actividad, se mueve por el impulso. Algo así es lo que me está pasando a mí. Lo bueno de eso es que ahora no tengo tanta presión y ya no actúo en base a lo que los demás esperan de mí y eso me hace disfrutar.

-¿Cuál es la carta de presentación de Nuevo ciclo?

-Es un trabajo que se compone de doce canciones que son pequeñas historias. Algunas son fruto de un viaje, otras nacieron por sí solas... En definitiva, son temas que se presentan como si fueran una especie de cortometraje. Cada uno representa un momento y en las letras eso se describe a la perfección.

-Pequeñas historias de su puño y letra. ¿Se trata de un trabajo más atrevido en cuanto a mostrar más de usted misma al público?

-Este disco no es más ni menos que los anteriores, simplemente es diferente. Nuevo ciclo muestra la vivencia de un viaje que he hecho, ya no tenía ganas de hacer flamenco chic. Ahora quería hacer música fuera de las programaciones y los estereotipos para poder sentirlo luego en directo. Por eso, en este disco se reflejan un poco mis preferencias musicales.

-Se observan ritmos uruguayos, argentinos... Parece un disco un poco internacional en cuanto al sonido.

-Todo eso es por los viajes que he hecho, que me han influido. Cuando estuve en Uruguay conocí a una familia maravillosa, la familia Núñez, y me impregné del amor que se tenían entre ellos. De ahí salió el tema En la raíz, en el que son los propios Núñez los que graban los ritmos de candombe uruguayo. Si lo miras desde fuera, parece que he querido experimentar e incluir ritmos latinos y hacer una mezcla, pero no es así. Simplemente lo he vivido y he querido expresarlo. Yo no me dejo influir o influenciar, en mí se queda todo porque, aunque uno se muestre reticente, al final todo queda latente.

-El tema con el que dio a conocer este álbum, Camino libre, tiene una letra que parece ser una declaración de intenciones. ¿Con qué quería romper?

-No es que quisiera romper con algo, es que simplemente, a nivel de producción, quería realizar un disco en el que cambiase de sonido, renovase mi registro y explorase nuevos territorios que me hicieran salir de la zona de confort.

-El estilo de La Mari es tan peculiar que cuesta catalogarlo. ¿Cómo logra conectar con el público?

-Siendo yo misma. Me gusta caminar sola sin sentirme una borrega. No hay que seguir dictamen alguno, cada uno tiene que hacer lo que siente y ponerle el apellido o la etiqueta que quiera, no el que otros le digan.

-Pero el mercado musical es un lobo feroz que obliga, a veces, a hacer lo que no se quiere.

-Nada debe ser impuesto, el artista se reinventa porque lo desea, no porque lo obligan. La etapas y las crisis marcan el estilo que un cantante tiene y no el mercado. Es lógico si se tiene en cuenta que los acontecimientos son los que forjan a las personas.

-Es usted un alma libre. ¿Eso se lo ha puesto difícil a la hora de hacer sus discos?

-En absoluto. Si frenas a un artista estás haciendo una maqueta de él y no dejas que fluya.

-Este verano participa en varios festivales, un tipo de concierto que cada vez se estila más. ¿Cree que es el futuro musical?

-Lo que yo veo es que los festivales han resurgido y eso hace que sea más difícil que te compren entradas si haces un concierto tú solo. Pero también es cierto que un festival hace que tengas un público que en un concierto al uso sería inimaginable. A mí me gustan tanto los festivales como los conciertos en solitario porque disfruto con todo lo que hago.

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