mANUEL BURQUE Actor y guionista

"A los españoles nos ayudaría respetar a los otros por su punto de vista"

-en su reciente Radio Gaga, en Movistar +, descubrieron la multiculturalidad de Órgiva.

-Es alucinante el canto a la tolerancia entre budistas, sufíes, hippies, vecinos de toda la vida. El entorno debe ayudar. La Alpujarra es el mejor sitio del mundo para alejarte de él. Es un lugar para rehacerse.

Hay que trabajar sobre intenciones, no sobre expectativas, se lo escuché a Guillermo Fesser"

-Con Quique Peinado hace un programa de radio... en la televisión.

-Es un programa donde escuchamos. Escuchar es una labor muy difícil porque hay que aplicar un esfuerzo activo muy grande.

-¿Qué es escuchar?

-Saber escuchar es no juzgar a la otra persona, ponerse en su lugar, aunque parezca que se encuentra alejada de ti. Hay mucha gente en una situación personal dramática que no es sólo por su culpa y que merecen ser escuchadas. El camino de las decisiones es muy estrecho por el que te puedes caer al abismo. Los que tenemos un camino más ancho no sabemos reconocer la suerte que tenemos.

-Qué suerte tener un programa que no sufre por la presión de la audiencia.

-En nuestro equipo, que en su mayoría son mujeres, pensamos en Radio Gaga para que se vea por la gente que aparece, no por nosotros, que somos parte de un engranaje. Es bonito trabajar no por la necesidad del éxito, sino por la utilidad Si Radio Gaga tuviera un 20% de cuota de audiencia tal vez tendríamos un país mejor, más tolerante.

-¿Cómo mejoraría usted este país?

-A los españoles nos ayudaría muchísimo respetar a los otros por su punto de vista. La democracia permite muchos puntos de vista. Hay extremos que incumplen la ley y son los que hay que evitar, pero que tú respetes que otra persona piense distinto habría que entrenarlo más. Hay que pensar que los demás no son malos o buenos por una ideología en concreto. Es un respeto que hemos perdido. Una democracia se basa en escuchar y respetar.

-¿La tolerancia es cuestión de práctica?

-En el grueso de las personas, el 95% del comportamiento es común. Lo que nos distingue es un 5% ideológico. Todos queremos ser felices, tener un hogar, tomarnos una cerveza con gente a la que queremos. Si la ideología nos ciega, nos vuelve intolerantes, violentos. Mi resumen es: no impongas y no prohíbas a los demás.

-¿Eligió mal momento para hacer el humor?

-Se puede tener la piel sensible con algunos temas como el racismo o el machismo, pero se cargan las tintas con cualquier broma. La libertad de expresión está cada vez peor. El problema de España nunca ha estado en que la gente se exprese con libertad. Tal vez tenemos que aprender a volver a ser más comprensivos. Cuando el humor está bajo sospecha, toda la gente está bajo sospecha.

-Pero hay chistes que, la verdad, no tienen mucha gracia.

-No me gusta el humor rancio, pasado, sobre tópicos ya superados. Pero hay que proteger el buen humor. Protegiendo el humor de los extremos proteges también la libertad de expresión. Sería como un pacto social.

-¿Las redes sociales lo ponen difícil por la intolerancia que se destila?

-Por las redes hay que ir surfeando. Hay mucha toxicidad. A mi interlocutor le diría convénceme con tu punto de vista, pero no me desprecies.

-Se siente guionista, pero también está en el teatro, ha hecho cine, ficción en la tele, presentador, reporterismo con bastante guasa...

-Soy relativamente nuevo en la mayoría de las cosas. En la vida no dejas de aprender y hay que estar abierto a las oportunidades más imprevistas. Cuando te llega un proyecto nunca sabes qué va a funcionar o, en concreto, de qué manera va a funcionar. Por ejemplo, Radio Gaga funciona muy bien. Aunque no nos vean 8 millones de personas, sabes que es un formato que está funcionando.

-Pero, de nuevo, todo depende del número.

-Hay trabajos en la vida que no son un fenómeno de ventas, que no te dan esa fama que te llevan a que te inviten a las galas de premios. Siempre merecerán la pena esos trabajos que te requieren un compromiso sentimental.

-Usted interpretó a un emigrante en Berlín en la serie Buscando el Norte.

-Me encantaba el personaje y la serie, pero no tuvo suerte en el prime time. Fue cuestión de haber se programado en otro momento, de timing. Cualquier cosa que sale en la tele depende de un montón de cosas. La lección es que hay que trabajar sobre intenciones, no sobre expectativas. Eso se lo escuché una vez a Guillermo Fesser.

-Pero recaudar dinero siempre es una expectativa que hay que cumplir en el mundo artístico comercial.

-Puede que cualquier película de Los Vengadores esté pensada para que lo pete, que gane mucho dinero. Pero lo que tendría que mover a todo ese equipo es hacer una buena película, que les guste el trabajo que hacen. Así tienen más posibilidades de que la película recaude mucho dinero.

-Como si usted fuera un marciano pelirrojo, ¿cómo ve España?

-Cada vez tengo más duda de lo que es la marca España. La ciencia, la educación y la cultura son las que forjan el material humano de un país. Tenemos que invertir más en el futuro, que es lo que hace marca España. La casa de papel hace buena la marca España.

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