José Manuel Romay Beccaría. Presidente del Consejo de Estado

"Estamos fuera del debate político, fuera de las cámaras"

  • Romay Beccaría defiende con vehemencia la independencia de su órgano y la profesionalidad de sus miembros, que reciben consultas fundamentalmente del Gobierno y de los ministros.

-¿Cómo afecta la falta de Gobierno a un órgano como el que preside?

 

-La verdad es que disminuye nuestro trabajo, sobretodo si se prolonga. Si son unas elecciones normales y hay una constitución normal del Gobierno, prácticamente no se percibe un cambio en la intensidad del trabajo. Este largo tiempo sin Gobierno sí ha repercutido. No ha habido proyectos de ley de los que informar, que nos ocupan mucho tiempo. Y se ha notado, ha habido un descenso en el número de consultas.

 

-¿Qué materias les dan más trabajo?

-Los proyectos de ley. Ha habido una etapa de necesarias reformas, por la crisis, por Europa... Ha habido mucha actividad legislativa. 

 

-¿Cómo influye en la tarea de los órganos consultivos el signo político? 

 

-Yo creo que somos independientes. Aunque las personas sean de distintas procedencias políticas, en el fondo están para asesorar al Gobierno que esté. No estamos en los periódicos como fuente de conflictos provocados por la política interna que se haya introducido en el Consejo. Todos tenemos además unos cuerpos de letrados muy profesionalesy competentes, elegidos generalmente con criterios de mucha exigencia, y eso es un apoyo para ese perfilde independencia. Estamos fuera del debate político, fuera de las cámaras. Nuestra función nos pide una seria reserva y nos quedamos un poco fuera de los focos de la política, lo cual creo que es bueno para el funcionamiento del sistema y para todo el mundo.

 

-No le voy a preguntar entonces qué le parece que Rajoy siga en el Gobierno.

 

-[Risas] No, no me pregunte, que no debo contestar a eso. 

 

-¿Una eventual reforma de la Constitución tendría que ser consultada a ustedes?

 

-Pues no necesariamente.A nosotros nos han consultado, en la legislatura deRodríguez Zapatero, sobre unas posibles reformas constitucionales. Lo pueden hacer y Zapatero lo hizo. Pero no es preceptivo, no es obligatorio. Nosotros lo que tenemos es que informar al Gobierno en todos los recursos de inconstitucionalidad, y en la mayoría de los casos el Gobierno sigue el dictamen del Consejo.

 

-En el caso de Cataluña...


-Hemos informado en todos los recursos de inconstitucionalidad.

 

-¿Es realmente necesario un Consultivo en una comunidad uniprovincial?

 

-Todos hacemos lo mismo, en más o menos cantidad. Una comunidad más pequeña tendrá menos asuntos, pero, en definitiva, todas tienen competencias muy parecidas y no hay diferencias cualitativas.

 

-¿Por qué hacen falta los consejos consultivos?


-Tiene una explicación de siglos. Los consejos, en general, son una forma de funcionamiento de las monarquías austriacas, que trabajaban a través de un sistema que se llamaba polisinodial. Los consejos eran un poco el precedente de los ministerios. Había un Consejo de Indias, otro de Castilla, otro de Hacienda... Después, con el modelo francés, son órganos ya especializados que tienen los gobiernos como órganos consultivos de última instancia, para que hagan la última revisión de los asuntos. Napoleón tenía el Consejo de Ministros a su derecha y el Consejo de Estado a la izquierda, y él presidía los dos. Unos estaban para ejecutar y otros para asesorarle. Los consejos son órganos asesores de las administraciones, de los gobiernos autonómicos y nacionales, e intervienen en los asuntos más importantes de la vida política y administrativa de esas instituciones. 

 

-¿Se les puede considerar un consejo de sabios?


-No. Es un consejo de expertos, de gente que ha tenido una mínima base de conocimientos jurídicos y experiencia en distintos campos de la administración. Ese perfil es el de los consejeros consultivos: conocimientos y experiencia.

 

-Hay voces que cuestionan el papel de estos órganos.


-Pues yo creo que no los conocen bien. Si se conocen bien se advierte su gran utilidad. Y por la experiencia que tengo yo, que es bastante, le diré que todos los presidentes del Gobierno de la Democracia cuya opinión conozco  han dicho que estaban muy contentos, que les resultaba de mucha utilidad esa última opinión independiente, de gente que no está en la refriega política ni administrativa y que ve las cosas con más distancia. La propia Constitución ha recogido su existencia. A nosotros nos pueden consultar los presidentes de las comunidades autónomas, el Gobierno y los ministros. Nuestra opinión está tan reforzada que si un ministro nos consulta, pero después quiere resolver discrepando, tiene que pedir autorización al Consejo de Ministros. Si no se discrepa, en la resolución se indica "de conformidad con el Consejo del Estado", y si se discrepa se indica "oído el Consejo de Estado". Y hubo un presidente del Gobierno que decía que cuando un ministro le pedía un oído él ponía mucho oído [risas].

 

-¿Qué presidente era?


-No se dice.

 

-Si Rajoy sigue, ¿usted va a seguir?


-No sé [risas].

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