Bertín Osborne | Cantante

"Canto mucho mejor en inglés que en español"

  • Promociona el concierto que dará en el auditorio de Fibes el 16 de este mes, donde cantará los temas de su último álbum de rancheras

Bertín Osborne posa en el Hotel Alfonso XIII.

Bertín Osborne posa en el Hotel Alfonso XIII. / Juan Carlos Vázquez

Ni en su casa ni en la mía. Bertín Osborne (Madrid a secas, ya que considera una ordinariez decir la edad) programa la cita en el hotel Alfonso XIII para promocionar el concierto que dará en el auditorio de Fibes de Sevilla el 16 de este mes, donde cantará los temas de su último álbum de rancheras: Yo debí enamorarme de tu madre. La polvareda que levantó el título, como era de imaginar, le trae al pairo al cantante y presentador.

–¿Las rancheras no están pasadas de moda?

–Cuando empecé a cantanlas hace 25 años había en España cinco mariachis y ahora hay 300.

–Le han dado hasta en el DNI con el título de su álbum. ¿No cree que en estos tiempos de corrección política José Alfredo Jiménez hubiera escrito Yo debí enamorarme de tu padre?

–Me toca los cojones la corrección política. Es una de las mayores gilipolleces que tengo que oír. El nombre está perfectamente puesto.

–Buenas noches, señora, recuerdos a su señor. ¿Esto no se consideraría hoy apología del adulterio?

–Y hace 35 años también.

–¿A sus conciertos se asoma algún millennial?

–Sí, un montón. No hay sólo madres. Le sorprendería cuánta gente joven va.

–Su suegra tenía un póster de usted en el cuarto siendo su hija una chavala. ¿A quién pondría su esposa en el dormitorio: Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Joaquín Sabina o El Puma?

–A ninguno. Quizás a Alejandro si tuviera que elegir.

–¿Con qué canción ha seducido más?

–Con cualquiera en inglés. Canto mucho mejor en inglés que en español, de toda la vida.

–Lo acusan de señorito de Jerez. Y ni es señorito porque viene de familia currante ni es de Jerez por nacer y criarse en Madrid.

–En Madrid y en Sevilla. Es fácil de comprender. Me llamo Osborne y se supone que tengo que ser señorito. Y cuando me hice conocido vivía en Jerez y estaba casado con Sandra Domecq. Todo se junta, pero eso duró unos años nada más.

–Es más madridista que el escudo. No se puede ser perfecto.

–Lo soy desde que mi padre me hizo socio con seis años. Te puedes cambiar de partido político, pero no de club.

–Usted es muy de derechas pero lo crujió en Hacienda el ministro Montoro.

–Se dicen muchas tonterías. Soy español por los cuatro costados y de cualquier partido que haga prosperar al país. Si el PSOE mejorara económicamente España, sería socialista. Pero tradicionalmente lo hacen los de centro o centroderecha. He votado a cinco partidos. No soy lo que dicen que soy. Lo inteligente es igualar por arriba y no por abajo. Me gustaría que todo el mundo fuera rico y no pobre, que es lo que logran partidos que quieren acabar con los ricos para que haya más pobres.

–¿Y Montoro?

–Montoro me da igual. A mí me han crujido todos, aunque él fue el que más.

–“La Justicia es un cachondeo”. Esa frase de Pedro Pacheco fue por la suspensión judicial del derribo de su chalé. ¿Pelillos a la mar después de su paso por la cárcel?

–Sinceramente, lo he sentido por él porque le han dado la del tigre y se han pasado. Le han cobrado cuentas pendientes de cuando era un poco prepotente porque tenía la sartén por el mango. No le guardo rencor a Pedro.

–De su entrada en política se habla recurrentemente. ¿Ha habido alguna vez algo de verdad?

–Me lo han propuesto partidos distintos cuatro veces. Siempre dije que no. Si tuviera que entrar en política haría mi partido porque no encajo en ninguno y acabaría a tiros con todos, por cómo soy y porque ninguno se adapta a lo que opino.

–Está muy sensibilizado con la situación de Venezuela. ¿La comunidad internacional ha rebajado la presión al régimen?

–Claro, y se puede eternizar y convertir en otra Cuba. La oposición venezolana sigue dividida y todos esperan a que Trump haga algo tras las elecciones de 2020, porque saldrá reelegido, pero ahora no porque no se puede permitir muertos americanos allí. Como lo reelijan, lo hará, y es la única manera porque mientras los militares estén comprados es muy difícil que alguien meta a estos tíos en la cárcel.

–El podio de mayor audiencia de El Hormiguero lo forman Isabel Pantoja, Bertín Osborne y Santiago Abascal. ¿Qué le dice eso?

–Que la gente es lista. Ya en serio, demuestra que los exquisitos son muy pocos, los pata negra, los intelectuales de fin de semana, que son los que parece que dirigen hoy el país, son muy pocos. Aquí funciona lo popular y por eso Isabel y yo somos los más vistos en El Hormiguero, y Santi porque es un tío que no se muerde la lengua, el único político sin doble cara.

–¿Hospedó en su vivienda a Juan y Medio? Vaya par.

–Sí, Juanito vino para quince días y estuvo en mi casa dos años. Los dos solos.

–¿Alguna anécdota?

–Mejor no. Pasapalabra.

–Mi casa es la tuya. Podría ser el lema de Pablo Iglesias y que se llegaran a Galapagar todos los votantes de Podemos...

–No se me había ocurrido. Está muy bien pensado. Habría que planteárselo a él.

–A Woody Allen le gustaría reencarnarse en las yemas de los dedos de Warren Beatty. ¿Cuántos españoles querrían reencarnarse en sus manos?

–Ni idea. Me acabo de acordar de algo muy gracioso de Woody Allen. Un periodista le preguntó por su opinión de la muerte: “La misma de siempre, estoy seriamente en contra de ella”.

–¿Se ha sentido acosado por las fans?

–Claro, muchas veces, y algunas de juzgado. Ha habido momentos de pasarlo mal. Te metes en un camerino de televisión y te sale del armario una loca peligrosa que te lleva esperando hora y media. Te dices: “Esto es un lío”.

–Mito del donjuanismo, ¿teme que resuciten algún fantasma del pasado?

–Me divertiría no sabe cómo. A mi mujer le dije que me encantaría que me saliera un hijo porque le aparece a todo el mundo y a mí por qué no. Me encantaría que un tío con 35 años dijera que es mi hijo y, si es verdad, no vea cómo lo íbamos a pasar.

–Facha, machista, cortijero, provocador… ¿Con qué insulto se queda?

–Ayyyy, es que me da exactamente igual, lo de cortijero tiene mucha gracia.

–Usted es muy de campo.

–Soy cortijero total.

–En su programa están todo el día zampando...

–Más que zampar, bebemos porque lo que se come muchas veces es inzampable.

–¿Cuál es su comida favorita y que sabe cocinar?

–No sé hacer ninguna, pero mi favorita es la paella, las de Arévalo son las mejores.

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