Almudena de Arteaga | Escritora

"Andalucía estuvo llena de espías durante y tras la II Guerra Mundial"

"Andalucía estuvo llena de espías durante y tras la II Guerra Mundial"

"Andalucía estuvo llena de espías durante y tras la II Guerra Mundial"

El éxito de La princesa de Éboli alejó a Almudena de Arteaga (Madrid, 1967) del ejercicio del derecho para profundizar en su faceta de escritora. Aquello fue hace ya dos décadas de publicaciones, con la novela histórica como principal referencia. Después de varios viajes a Andalucía con otras figuras históricas, la escritora madrileña vuelve Cádiz para indagar, entre la realidad y la ficción, en la explosión de un polvorín de la Armada que, en 1947, golpeó duramente a una capital gaditana que salía de la posguerra, entre espías, militares y personajes de toda índole.

-Ha dado un salto en la temática de sus novelas hasta mediados del siglo XX. ¿Por qué?

-Es algo que necesito hacer periódicamente. Desde que publiqué La Princesa de Éboli, hace ya veinte años, he tratado a muchas mujeres en la historia sin una época determinada. Abarcan desde el siglo XIV con María de Molina en plena edad media a Eugenia de Montijo, que muere en 1920… Supongo que la elección la marcan los temas que saltan a la palestra en mis investigaciones. Ahora tocaba recordar a Cádiz y lo que pudo acontecer en la explosión del polvorín de la Armada de 1947.

-Comienza su carrera como documentalista, antes del éxito de La Princesa de Éboli. ¿Ha sido muy tedioso el trabajo para Cenizas de plata y sangre?

-Como en todas las novelas se entremezclan la ficción y la realidad. La hemeroteca del Diario de Cádiz me ayudó a reconstruir lo cotidiano del día a día y los archivos del general Varela, el municipal de Cádiz y el de la Armada me dieron las pistas necesarias para construir la posible realidad.

-En esta novela indaga en nuevos territorios, como los mensajes cifrados o la elaboración de artefactos explosivos. ¿Ha sido muy complicado iniciarse en estos asuntos tan técnicos?

-En la elaboración de un explosivo cuyos materiales se pudiesen conseguir fácilmente en las droguerías, ferreterías y farmacias de los años 40 me ayudó Fernando Caballero, coronel del Ejército de Tierra y artillero.

"Es evidente que si hoy una mujer lucha por algo puede llegar a conseguirlo antes que hace unos años”

-¿Por qué elige el tema de la explosión del polvorín de Cádiz?

-Mi marido fue director del Instituto Hidrográfico de la Armada, por lo que estuve viviendo allí mismo durante tres años de mi vida, en el epicentro de lo que fue la explosión en su tiempo, y junto a una imprenta. La idea casi llegó volando de la mano de las musas que me inspiraron.

-¿Es la primera vez que ambienta una novela en Andalucía?

-No, he escrito bastante, desde una María de Molina entrando en Sevilla para ver a su suegro Alfonso X el Sabio, hasta una Eugenia de Montijo que nació en Granada o Beatriz Galindo, la maestra de Latín de Isabel la Católica en Santa Fe. He tocado casi todas sus provincias y ahora le tocaba el turno a Cádiz.

-España fue neutral en la II Guerra Mundial, pero es cierto que la zona sur cobró importancia por su cercanía a Gibraltar. ¿Tiene que ver esto con la trama de la novela y la presencia de espías en España en la posguerra?

-Andalucía y el norte de África fueron un hervidero de espías, durante y después de la II Guerra Mundial. Mi protagonista, con nombre ficticio, está basada en una espía doble que, finalizada la Guerra Mundial, acabó trabajando para el servicio de Inteligencia español. Una Matahari del Sur casi desconocida.

-Cuánto hay de realidad y cuánto de ficción en la novela? ¿Los personajes están inspirados en personalidades históricas?

-He moldeado personajes ficticios que pudieron ser reales y menciono a otros que fueron reales como la vida misma. Al final de la novela, en el dramatis personae especifico la vida de cada uno de ellos.

- En su trayectoria de novelas históricas otorga mucha importancia a los personajes femeninos. ¿También ocurre en Cenizas de plata y sangre?

-Por supuesto. Mis protagonistas han sido mujeres que muchas veces tuvieron que andar de puntillas y en la sombra para poder actuar y probablemente la más enigmática de las casi 30 que he tratado sea Ingrid, la protagonista de esta novela.

-Estamos en plena ola feminista, pero usted lleva dos décadas escribiendo sobre mujeres poderosas en la Historia. ¿Qué opina de la situación actual?

-Es evidente que hoy una mujer que lucha por algo puede llegar a conseguirlo mucho antes que si hubiese sido su abuela, aunque a mi modo de ver aún queda un poco para llegar a la igualdad plena de condiciones en algunos sectores, como, por ejemplo, el laboral.

-¿Cuál es su próximo proyecto?

-Estar ojo avizor a otra historia trepidante que pueda surgir de cualquier lugar o en cualquier momento. Me encanta dejar muchas puertas abiertas antes de decidirme por una cerradura determinada .

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