El Rocío

Huelva se viste de fiesta rociera

  • El gran ambiente de las calles convierte el Jueves del Rocío en una jornada muy especial para la ciudad

  • Regina borda la 'Salve rociera' que canta acompañada por la Banda Sinfónica Municipal

Ya queda muy poco...sale Huelva / JOSUÉ CORREA · CANTERLA

La mañana despierta al son de cohetes, con la música del tamboril. Es la hora de la misa de romeros y ni se cabe en el patio de la casa de la Hermandad de Huelva. Todos son saludos, abrazos y ganas de que la comitiva se ponga en camino. Una celebración religiosa que oficia José Sosa, capellán de la hermandad.

Este año hay nuevo presidente, Antonio Sánchez de Piña, y tiene experiencia en esto: fue hermano mayor pero ahora la responsabilidad es distinta. Se le ve feliz. Sus palabras hacia Antonio Garrido son emocionadas al entregarle el Simpecado. Dijo que lo hacía con "el cariño de todos los hermanos". Sonaban ya las palmas por Huelva y el hermano mayor llevaba el Simpecado hasta las mismas puertas donde le esperaba la carreta, rodeada de cientos de peregrinos. Ese un instante muy especial, vivido con el deseo de renovar ese encuentro con la Blanca Paloma, de saber que ha pasado todo un año y el momento vuelve para ponerse en camino, en este tiempo de eclosión de la vida que se renueva tras el Domingo de Resurrección y busca el otro domingo grande que es el de Pentecostés.

Primera petalada al Simpecado de Huelva desde el Polideportivo las Américas / JOSUÉ CORREA · CANTERLA

Se emparejan las dos mulas blancas que tiran de la carreta del Simpecado de Huelva, ya está en ello Manuel, el carrero. Destaca el exorno floral que como cada año sorprende a todos. Es el arte que en ello le pone el florista Antonio Rivera, entre malvas y rosas pastel, adornado con los lazos de las banderas de Huelva, Andalucía y España, que remata la corona real. Este año lleva delante una carabela de plata, la misma que le regaló el Ayuntamiento de Huelva en el año 1992, en la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América; ahora es un guiño al 525 aniversario que la provincia conmemora en un encuentro más con su identidad colombina.

Todos los Rocíos son iguales pero especialmente distintos. El del año pasado de mucha agua, tan torrencial que obligó a cambiar el camino para llegar a la aldea. Mientras la salida de ayer fue de mucho calor, lo que tiene también sus inconvenientes para caminar. De cualquiera de las formas, la alegría siempre es desbordante y ayer fue uno de esos días en los que la ciudad vivió su fiesta tan especial como es la del Jueves del Rocío.

Huelva avanza por la Avenida Federico Molina como una marea de alegría y devoción. / JOSUÉ CORREA · CANTERLA

Todo arrancaba a la voz del hermano mayor, quien dirigiéndose a todos los peregrinos dijo que "yo no llevo solo el Simpecado, lo llevamos todos con humildad" y se ofrecía "para lo que necesitéis". Se dieron los vivas y el Coro de la Hermandad de Huelva cantó la Salve, deseando todos que, como dice la letra, "la alegría de este día perdure siempre en mi corazón".

"Manuel, eres el mejor; nos vamos", dijo Antonio Garrido, y la música que se esperaba ya se ponía en marcha: el sonido de las campanillas.

Los tamborileros abrían el camino a la comitiva que llegaba a la iglesia de Nuestra Señora del Rocío, donde le despedía el obispo de Huelva, José Vilaplana", quien describía lo que se vivía como "un río de alegría" al estar cerca de la Virgen, e invitaba a "aprender de la Virgen, a acercarse a Ella, que es maestra de vida cristiana".

Huelva, en El Punto, ante el monumento a la Virgen del Rocío. / JOSUÉ CORREA · CANTERLA

¡Qué mar de devoción se vivía con la Hermandad de Huelva! Era inmensa la mirada por la avenida Federico Molina, como magníficamente pudieron captar nuestros fotógrafos, como igualmente se desbordaba por la Alameda Sundheim.

Una comitiva que llegaba hasta El Punto y se detenía en esa ofrenda de flores y el rezo de la Salve a la Virgen del Rocío en su monumento, que es un sueño de Lunes de Pentecostés cuando llegue a la casa de la hermandad y todo esté consumado. Mientras tanto es un camino de deseos de cantes, de bailes y alegría compartida en la que todos van poniendo su granito de arena. Detrás de la carreta del Simpecado se escuchan sevillanas, se cantan y también se reza.

Tras la Salve a la Virgen del Rocío la comitiva se adentró por la Gran Vía a la despedida que realiza de la ciudad. A las puertas del Ayuntamiento la fiesta continuaba. Allí estaban todos esperando, encabezado por el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, quien destacó que "Huelva vive un día muy especial, un día de fiesta, en el que la ciudad expresa en la calle sus raíces rocieras". Resaltó también el significado de la Hermandad de Huelva en El Rocío, "donde tiene mucho que aportar y qué decir".

Un encuentro que amenizaba el Coro Cristina Pinedo. Este año se abrió el balcón para que desde allí el grupo Pinares cantara sevillanas. Sin duda destacó la Salve Rociera que cantó de forma magistral Regina, acompañada por la Banda Sinfónica Municipal de Huelva, que dirige Francisco Navarro. Mientras se realizaba una gran petalada.

Una despedida que se daba la mano con la que se realizaba a las puertas de la parroquia de la Purísima Concepción, donde en los últimos años la hermandad realiza sus cultos. Se entrelazaba ahora la alegría del tamboril con el repique incesante de las campanas del blanco campanil. Continuando la comitiva para buscar la salada claridad de la Ría de Huelva.

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