El Rocío

La llegada de la hermandad pone fin a nueve días de Rocío

  • Jerez dejó Doñana haciendo la última travesía de la desembocadura de la Guadalquivir y llegando a la ciudad haciendo su entrada por el clásico itinerario con visitas a San Juan Grande y a la Patrona

La romería de 2009 para Jerez ya es historia. Un hermoso relato escrito y cantado con los versos que han regalado un año más las intensas vivencias que miles de jerezanos han podido palpar tanto en el camino como en la estancia y los actos en la aldea. Es la Virgen del Rocío la que ha hecho posible este milagro primaveral y a Ella se encomiendan y ofrecen todos los buenos y malos momentos pasados en estos nueve días que han quedado atrás. La hermandad dejaba ayer alrededor de las diez de la noche el Simpecado en Santo Domingo. El padre Alexis entonaba la Salve y se dieron los últimos vivas que resonaron con fuerza en las bóvedas de un templo que acogerá la devoción rociera el resto del año. En los rostros de todos los que han tenido en sus manos la responsabilidad del camino se delataba la emoción de un deber cumplido con todas la dificultades que entraña llevar a la hermandad tanto hacia la aldea almonteña como volver a la ciudad, máxime en un acontecimiento que moviliza a miles de personas, centenares de vehículos y animales, todo en un entorno festivo en el que el sacrificio de los dirigentes de la hermandad se hace a favor del mayor y mejor lucimiento de la hermandad así como del bienestar de los que deciden acompañarla en estos días, restando espacio y tiempo para su disfrute personal. A las 9,30 horas se levantaba el campamento en La Marismilla para poner rumbo al embarque. La corta caravana rociera del regreso esperó en las arenas a las barcazas en una mañana fresca y con nubes en lo que ha sido la tónica meteorológica de la vuelta. Atrás quedaban las maravillas de Doñana en una despedida o un hasta pronto o un hasta que la hermandad vuelva a pisar ese espacio en una de las citas anuales con la blanca Paloma. La romería de 2010 comenzará el 19 de mayo, el miércoles de partida en la que será la tercera romería para el actual hermano mayor, Felipe Morenés. Tras dejar Bajo de Guía, rezar allí el Angelus y saludar a la Virgen del Carmen, se puso rumbo a Jerez pasando primero por Sanlúcar buscando la carretera. En Ventosilla la carreta cambió la tonalidad de las flores por otras nuevas en las que predominó el color rosa. También fue el lugar elegido un año más para un largo almuerzo en el que ya se vieron a muchos que vinieron desde la ciudad para echar unas horas con los amigos. Más tarde otra parada en Barroso y ya se puso definitivamente la proa a Jerez que esperaba con inquietud la llegada de la caravana que primero accedió a San Juan Grande para cumplir con el rito de la visita y después entró en la ciudad. La visita a la Patrona, con el rezo de la Salve, y el saludo de las hermandades de penitencia con sus estandartes en las aceras, fueron otras estampas clásicas del regreso mientras que los cohetes tronaban en el cielo anunciando el paso de la hermandad. En La Victoria una nueva parada ante La Soledad, cuyas jarras de su paso de palio son las que lleva la carreta. Con el compás de sevillanas y el tintineo cascabelero de los arreos de los mulos, siguió avanzando la caravana para definitivamente entrar en Cristina y ver Santo Domingo con las puertas abiertas. El adiós a toda la comitiva de carros y vehículos fue poniendo el epílogo a la 'recogida' que culminó en el templo entre lágrimas de emoción, abrazos sinceros, últimos rezos, promesas cumplidas, y el firme deseo de volver el año que viene, sin la Virgen quiere.

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