Para el presidente de la Hermandad de Huelva, Juan Ferrer, es una ilusión hecha realidad el que estos rocieros hayan cambiado su lugar de pernocta: "Era un anhelo que se venía fraguando desde hacía bastante tiempo. Era una decisión arriesgada que podía salir mal, pero se demandaba. El cambio lo tenía yo en mi programa cuando me presenté a las elecciones".

La Matilla se encuentra en terrenos de la Consejería de Medio Ambiente: "Se nos presentó la opción de varias zonas que reunían condiciones pero ésta es la que nos pareció mejor". En julio del año pasado, Ferrer se entrevistó con la consejera Cinta Castillo y le mostró su predilección por La Matilla, para lo que no hubo objeción alguna. Lo que busca ahora la hermandad es una cesión o autorización indefinida que deberá ser expedida por la Delegación Provincial. El espacio permite, además, su ampliación hacia el norte en caso de que sea necesaria ya que en esa dirección no se encuentra el Parque Natural, espacio en el que no se puede acampar y que rodea La Matilla.

Los trabajos de acondicionamiento han corrido a cargo de Medio Ambiente, pero bajo la coordinación y las directrices de la propia hermandad. Los rocieros de la Hermandad de Huelva son, sin embargo, los encargados de situar las estacas que sirven de lindes para marcar las parcelas que darán cobijo a los 178 vehículos que ahí llegarán el día 20.