Elecciones Andalucía

El cambio, pero dentro del PP

  • Moreno urge a una renovación profunda en un partido en depresión y asustado Alcaldes culpan en privado al trato de Rajoy

Juan Manuel Moreno lleva dos años al frente del PP andaluz y ayer por primera vez cuestionó la herencia municipal recibida, aquella que ha dado los mejores días al partido y que aparece ahora desfondada. En su primera intervención tras la tercera derrota consecutiva en las urnas (europeas, autonómicas y locales), Moreno habló de cambios internos, de falta de frescura, de modernización y autocrítica tras las elecciones del pasado domingo que, a la espera de los pactos, amenaza con una pérdida de poder tremebunda. Porque cada día que pasa las mayorías relativas conseguidas en siete de las ocho capitales o en Jerez y Marbella se devalúan a pesar de los inútiles esfuerzos por exigir respeto a la lista más votada, las invitaciones a la negociación o los alegatos a la resistencia frente a las coaliciones anti PP. El viento sopla en contra de los alcaldes más votados (y agotados) y, en ese clima, Moreno alentó la renovación.

"Si no hacemos cambios y una evolución los ciudadanos cambiarán su voto. Vamos a mejorar estructuras, cambiar lo que haya que cambiar, los estilos, las estrategias, también las caras", anunció.

Si la intención de Moreno fue elevar el ánimo de los suyos, no lo consiguió. Si la intención fue marcar diferencias con la escasa afición del presidente del PP, Mariano Rajoy, por la renovación y la autocrítica, nadie creyó que Moreno sea el disidente que comande la rebelión. La plana mayor del partido reunida en el comité ejecutivo asistió malhumorada, con la comezón de los resultados, y muchos siguieron el discurso de Moreno distraídos en sus dispositivos móviles, mientras éste diseccionaba la derrota: "Es verdad que gestionamos bien, pero no emocionamos, no llegamos al corazón de la gente".

Ninguno de los alcaldes de las grandes ciudades tomó la palabra a puerta cerrada una vez desalojados los medios de comunicación, a los que Moreno emplazó mañana. Tampoco la ex alcaldesa de Fuengirola, Esperanza Oña, una habitual en esta suerte.

Según comentaron fuentes de la dirección regional sí que expresaron sus quejas algunos alcaldes de municipios pequeños y medianos (sin identificar) por la "asfixia" provocada por las medidas del Gobierno central y que les ha dejado sin incentivos electorales. También hubo críticas a la retirada de la reforma electoral. Otro de los participantes restó influencia al Gobierno: "El campo estaba embarrado para todos y algunos han conseguido buenos resultados".

Las 141 mayorías absolutas no palian la sensación de miedo a lo que puede pasar en las capitales. Con Huelva perdida, Cádiz se ve lejana tras 20 años en el poder. En Sevilla se intentará, como en Córdoba, a la que Moreno no quiso ni mencionar. Lo último es que los candidatos de Ciudadanos en Málaga y Almería "con tres concejales" quieren ser alcaldes y Moreno apeló a la "autoridad" de Albert Rivera. El alcalde de Granada se disculpó ayer por los ataques en campaña al dirigente de C's. La ciudad de Jaén se suma a las quinielas con victoria visitante. Mientras, Arenas acompañaba a Gabriel Amat, alcalde de Roquetas desde 1995 y que podría perder la Alcaldía por un pacto de hasta cuatro formaciones que, hoy por hoy en el PP andaluz, cualquiera considera viable.

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