Elecciones

"No se puede prometer humo en estos difíciles momentos"

  • Lleva 25 años como funcionario, es un apasionado del deporte y tiene fama de buena gente. Se presenta con un programa "realista"

Eraun Citröen, comprado a medias entre su padre y dos hermanos. Él único coche que había hace más de 40 años en la calle Guadalcacín, donde él se crió, en la muy popular barriada arcense de la Paz. Isidoro repite de memoria la matrícula de aquel dos caballos, en un intento por revivir imágenes del padre ausente. "Era albañil. Aquí todos tenían profesiones humildes", dice el candidato del PSOE al Ayuntamiento de Arcos. Por eso escoge para esta conversación, esta barriada, donde se siente querido, y donde tuvo que hacerse mayor demasiado rápido. Su padre murió. "Y pasé de irme a la Universidad, a ponerme a trabajar en el campo, escardando remolacha, guardando cochinos, porque era el cabeza de familia", apostilla.

Era un crío y aquello lo marcó. "Soy un socialista convencido. Hay que volcarse con los trabajadores y con los principios de la izquierda", dice el alcaldable y actual concejal de Juventud y Deportes, y Barriadas Rurales del Consistorio. Así que Isidoro Gambín, que torció la inercia de su futuro previsible como jornalero, sacándose en los descansos del bocadillo unas oposiciones como funcionario de Justicia, está curtido para la batalla que se disputará el próximo 22 de Mayo. En Arcos competirán siete candidaturas a estas elecciones.

Gambín, con ocho años de concejal, fue desde el primer momento el favorito de la agrupación local del PSOE para sustituir a la alcaldesa Pepa Caro como candidata. Pero la enfermedad de un familiar lo "condicionó" para dar el paso. La renuncia de Ana González Soto a la candidatura, pocos días después de ser apoyada, incluso, por Griñán, lo puso otra vez en el punto de mira, y aceptó. Rechaza las críticas de la oposición que lo ven como un candidato impuesto. "Estoy por voluntad propia. Las circunstancias fueron las que fueron, pero estoy por corresponsabilidad y compromiso con mi partido", zanja en mitad del paseo por la barriada de su niñez. Aquí se topa con una vecina, Paqui, una conocida de juegos infantiles. "Isidorito lo que tiene es corazón, que realmente es lo que vale", suelta la mujer mientras cuenta los esfuerzos para sacar adelante, sola, a sus niños.

Isidoro quiere huir de las promesas huecas. " No se puede prometer humo en estos difíciles momentos. Hay que apostar por cubrir las necesidades de los vecinos. Y no por vender proyectos faraónicos", explica. De Pepa Caro dice que ha aprendido mucho. "Ha hecho una buena gestión como alcaldesa, que está en la calle, digan lo que digan. Arcos ha cambiado por completo ".

Y prosigue el paseo por los lugares de la Paz. Esta vez abraza a Encarna, otra vecina, que espontáneamente lo sorprende con un cartelón con su rostro, que guarda en casa, y espera poder exhibirlo en su portal, en la campaña que arranca. A Encarna le cayó "bien y mal", al mismo tiempo, la noticia de su candidatura. "Es muy buena gente. Pero en política hay que aguantar mucho al personal", asevera.

Cuentan que Gambín se ha llevado de calle a muchos jóvenes de Arcos por su entera disposición hacia el deporte. Y también que tiene pocos 'enemigos'. Sí tiene enfrente a seis formaciones rivales más, donde cada voto estará muy reñido. Pero está convencido de que el PSOE "será el partido más votado" en las próximas elecciones. Eso sí, es muy cauto sobre la posibilidad de que los socialistas renueven la mayoría absoluta que conquistaron en 2007. "Entiendo que la realidad económica es distinta", reflexiona. Aún así, dice que confía en que los vecinos apuesten por el ofrecimiento del PSOE, que ha confeccionado un programa "realista" y "consciente" con este momento.

En un breve análisis del panorama actual político de la ciudad, el alcaldable cree que el PP puede "consolidar" su base de votos, y del candidato, José Luis Núñez, dice que lo respeta "porque le tengo afecto como amigo". Interrogado sobre la posibilidad de que AIPRO, la formación de Manuel Erdozain fuera llave después del 22M, Gambín dice a las claras: "creo que los pactos pueden traer problemas". En medio del análisis, el candidato le desea a IU, que se quedó sin representación en 2007, que tenga esta vez "aceptación" en las urnas.

Gambín abandona su barriada, en la que ya no vive desde que se casó. Por el camino otra mujer lo para. Necesita que le explique una tramitación que no entiende. Unos minutos antes, cuenta, durante la conversación, que tiene el tiempo milimetrado. "Tengo la conciencia tranquila porque he atendido, en estos ocho años, a todo el que lo ha necesitado, por pequeño que fuera su problema", añade.

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