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Cajamar en Las Mariposas

  • La Dirección de Sucursales y la División de Negocios Agroalimentarios son las primeras dependencias en trasladarse a la nueva sede de la entidad financiera · A partir del fin de semana lo hará la Fundación

Cajamar ya ha comenzado a operar desde la que será su sede más emblemática en la capital almeriense. Al menos en lo que se refiere a dos departamentos que ya ocupan algunas dependencias de la segunda planta del edificio de Las Mariposas en plena Puerta Purchena. Se trata, según ha podido conocer Diario de Almería de la dirección de sucursales de la que dependen las direcciones territoriales y las más de mil oficinas de Cajamar repartidas en todo el territorio nacional y de la División de Negocio Agroalimentario. A lo largo del próximo fin de semana se mudará la Fundación Cajamar que comenzará a ser plenamente operativa el lunes o martes de la próxima semana.

En cualquier caso, no será hasta el 9 de junio cuando el edificio se pondrá de largo con la celebración en el salón de actos del edificio de la Asamblea General de Cajamar, la primera en Las Mariposas, momento elegido por la entidad financiera para hacer la presentación 'oficial' de la remodelación de dichas instalaciones a los socios de la misma. Para ello, se han agilizado los trabajos en las últimas semanas, con el traslado a la Puerta Purchena de mobiliario y elementos auxiliares que ayudarán en la presentación del balance de la entidad a todos los socios de la misma.

La estrella de dichas instalaciones será el denominado Centro de Cultura Cajamar, lugar de celebración de la asamblea general, para el que ya existen reservas a partir de la conclusión de la reunión anual de la entidad que se extienden a lo largo de los dos siguientes meses.

La compra de Cajamar el 17 de diciembre de 2008 del emblemático inmueble de la Casa de Las Mariposas puso fin a una etapa de alarmante deterioro y decadencia en la que llegó a ser declarado como edificio en ruina y se temió incluso por su futuro al pensar que la propia estructura del mismo estuviera irreversiblemente afectada por décadas de falta de mantenimiento y conservación.

Después de una (corta) época en la que una de las más importantes empresas inmobiliarias del país, Metrovacesa, llegó a hacerse con el inmueble y planteó ante el Ayuntamiento un proyecto para habilitar en el mismo una serie de pisos de lujo, las dificultades por las que pasó la constructora hicieron que Cajamar entrara en la puja por el edificio para hacer del mismo su sede más emblemática.

Como edificio protegido, incluido en el Conjunto Histórico de la ciudad, la legislación consideraba como obligatorio mantener la fachada y la torre-mirador. El revestimiento exterior de la fachada estaba muy deteriorado y sucio, especialmente la piedra por su exposición al tráfico urbano y al ambiente. El color general de la fachada era pardo y uniforme, producto del hollín y de una costra de suciedad, que había creado una pátina que desvirtuaba el edificio, enmascaraba la realidad y ofrecía una imagen distinta a la diseñada en su construcción.

La imagen de la torre mirador, y especialmente las celebradas mariposas, presentaban asimismo una marcada oxidación por lo que ha debido procederse a la realización de varias catas en las mismas para determinar el color original y devolverles el mismo una vez finalizadas las obras de rehabilitación.

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