Elecciones

Arenas pide elecciones a la Junta "separadas y no anticipadas"

  • El líder del PP-A dice que "no tiene prisa" y se desmarca de la dirección nacional de su partido · Avisa de que las diputaciones populares no pueden ser "depósitos para políticos fracasados"

La exultante tranquilidad que dan 1.603.746 votos. Javier Arenas no tiene prisa. La noche del 22 de mayo despejó las pocas dudas que mantenía acerca de la fortaleza de su partido en Andalucía. Tanta es su confianza en el electorado andaluz y tan poca en la capacidad de reacción de su principal rival que ayer se desmarcó de la dirección nacional de su partido y no pidió adelantar las elecciones autonómicas, fijadas oficiosamente para marzo de 2012, sino simplemente separarlas de las generales. No es la primera vez que el presidente del PP-A solicita celebrar ambos comicios de forma independiente, pero sí es la primera vez que lo hace tras comprobar la fehaciente debilidad del PSOE y en mitad de una campaña de presión de su formación porque se celebren elecciones anticipadas en los gobiernos que no se eligieron el pasado domingo. 

Para Arenas, el PSOE-A "no ha captado el mensaje de las urnas", y aunque tiene claro que "no va a aplicar su programa en los nueve meses que quedan si no lo han hecho en tres años", no va a estar "todos los días" pidiendo adelantar las elecciones porque es algo que no le "preocupa". 

 

El Comité Ejecutivo Regional del PP, celebrado ayer en un céntrico hotel de la capital sevillana, sirvió como acto catártico final para que los responsables populares quebraran el "fatalismo histórico" que sufrían en las zonas no capitalinas de la comunidad autónoma. "Ya nadie es capaz de decir que Andalucía es patrimonio del PSOE", sentenció Arenas. Ahora bien, huyendo de la euforia, el líder popular pidió a los suyos "humildad y responsabilidad" porque "vamos a gobernar a 4,5 millones de andaluces". 

 

Arenas se congratuló especialmente de los 150.000 votos procedentes de los 85 municipios que el PP-A había incluido dentro de un plan estratégico por ser plazas tradicionalmente infranqueables del PSOE, lo que ha sido un factor importante para que los populares andaluces pasaran de perder por 300.000 votos en 2007 a ganar por 300.000 en estos comicios. 

 

La clave, según el presidente del PP-A, es que las pasadas elecciones no sólo han confiado en su partido los votantes "incondicionales del PP, sino también la izquierda moderada , porque siempre se ha dicho que la derecha gana si hay mucha abstención de la izquierda, pero en esta ocasión la gente ha ido a buscar expresamente la papeleta del PP". Para Arenas otro de los puntos destacados que dejan los resultados del 22-M es la victoria en localidades como El Ejido porque se ha demostrado que "cuando hay corrupción los ciudadanos acuden al partido de la gaviota y de las dos P, porque saben que somos la solución como demostramos en Marbella y Estepona". 

Finalmente, el líder popular advirtió que las diputaciones "se acabó la fiesta y el despilfarro" y que deben dejar de ser un "depósito de políticos fracasados, un banco de compensación de las batallas internas o un contrapoder de las alcaldías de capitales". 

La legitimidad de Toscano, el congreso

Juan M. Marqués

EL Partido Socialista corre el riesgo de entrar en las misma espiral que sus homólogos francés, sueco o italiano. Unas viejas siglas sin poder, mientras un gran partido popular, que ocupa todo el espectro de la derecha al centro, gana elecciones y reparte algunas migajas. La legitimidad es de quien gana, por eso no hay que minusvalorar la reclamación de alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano, sobre la convocatoria de un Congreso Federal extraordinario. Ayer se sumó el lehendakari Patxi López, uno de los pocos barones de peso, junto a Fernández Vara, que le queda al PSOE. Porque el Partido Socialista está en la UCI y noqueado, "huérfano de un líder" que dijo Toscano, y lo que quieren es administrarle una sangría como mejor terapia: unas primarias. Muchos líderes del PSOE no las quieren; no las querían ni la semana pasada, cuando atisbaban la derrota de las urnas. Y menos ahora. El PSOE necesita un candidato -claro que sí-, pero también un nuevo secretario general, y no una escaramuza pública entre el vicepresidente del Gobierno y la ministra de Defensa. Genial, ¿y qué hacemos con el que pierda? La dirección socialista andaluza fue la que se opuso en su día, hace unos meses, a unas primarias seguidas de un congreso, que era la opción de José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba. Ni Griñán ni sus pupilos querían; ahora, después de haber asistido a la primera victoria popular en Andalucía, parece que no cuentan. O que cuentan muy poco. Como explicó hace dos semanas un líder socialista español con cierto desparpajo "si Griñán gana, puede hasta matar". En sentido figurado, claro, pero no gana. Lo del 22-M no fue una derrota, fue una catarsis. ¿Primarias?

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