El Fiscal

Otto Moeckel, la fuerza de la devoción

  • Ahora que se nos hurta el gozo conviene recordar la figura de un cofrade único y comprometido

Otto Moeckel ante la Virgen de la Caridad en una imagen reciente

Otto Moeckel ante la Virgen de la Caridad en una imagen reciente / M. G. (Sevilla)

E STOY viéndolo con el traje de mil rayas a la búsqueda de un taxi para el cura don Silvano. Lo veo en la barra de su amigo Trifón, dispuesto para la tertulia larga y documentada sobre política o Semana Santa. Me gusta verle en la misa de los domingos, siempre listo para ayudar al sacerdote, sillas de enea, olor a Baratillo, la mirada dulce y baja de la Piedad. Lo veo y entiendo la fuerza de la devoción. Nunca he visto una vida tan entregada a una hermandad.

En estos días de vacíos y de artificios, rescato el ejemplo de don Otto Moeckel von Friess por su autenticidad. Las nuevas generaciones deben conocer su trayectoria: riguroso con las normas, defensor de la tradición, partidario de la evolución y no de la revolución, espléndido para con su cofradía, a la que ha dado su tiempo, su familia y su hacienda. Todo, absolutamente todo por el Baratillo. Dicen que la obsesión es una característica propia de los inteligentes. Pues este Otto siempre da muestras de una inteligencia baratillera. Jamás se podrá dudar de su amor por la Semana Santa, de su capacidad de sacrificio por su hermandad, de su fidelidad a otras cofradías, de su rectitud, integridad y honradez en la vida.

Hasta el final está cumpliendo con sus obligaciones baratilleras porque así fue educado y no concibe de otro modo su vida. Sí, don Otto es un hombre que vive a su manera, como reza la canción. Libre, auténtico, elegante y genuino. Listo, listísimo hasta el punto de no gustarle nunca los grupitos en las hermandades. Sabe que nunca traen nada bueno esos corrillos que no son precisamente espontáneos, sino constituidos para hacer causa común con fines políticos.

Esta Semana Santa de consumo que nos ha tocado sufrir tiene muy poco que ver con este modelo de cofrade, reconocido por fortuna por la Iglesia y por la ciudad de Sevilla. Su amor a la cofradía le ha llevado a decir la verdad por dolorosa que sea para alguna de sus amistades. Si ha creído que alguien no servía para hermano mayor, se lo ha dicho en corto y por derecho. Cuando su hijo llegó al máximo cargo recibía felicitaciones. Y parece que aún lo veo responder con esa aplastante sinceridad alemana que no tiene concesiones:“Si lo hace bien, un orgullo. Si lo hace mal, doble decepción”.

Llegan los cirios y hay que descargarlos, allí está don Otto. Hace falta restaurar el Senatus, para eso está don Otto. No hay predicador para un culto o hace falta un cura para las misas de verano, allá que se va don Otto a buscarlo. Y así años, décadas, toda una vida. ¿Saben por qué la túnica del Baratillo es de ese azul tan característico? Don Otto lo explica. ¿Se puede comulgar de rodillas? Claro que sí. ¿O acaso no están los reclinatorios para algo? ¿Cómo deben vestir los cura? De curas. Y si el sacerdote se queda más tiempo de la cuenta en la copita, se le pregunta si se le va pidiendo un taxi. Habilidad se llama.

Hoy sigo viéndolo por la Avenida de la Constitución o por las calles Adriano o Pastor y Landero con el traje y la corbata hasta en verano, con la cartera de trabajo que nunca ha dejado, con las hebillas puestas en los zapato en la semana de pascua porque todavía le faltan por ver algunos pasos en las iglesias.

Ahora que nos falta todo el gozo, justo ahora, es cuando quiero darle su justo homenaje a un cofrade único que en estas horas de vacío busca el regazo de la Piedad, siempre con el cirio al cuadril y siempre de frente. Nunca cambie, mi querido don Otto.

Del cartel

No se podrán quejar los cofrades de cartel. Osí. Los trazos de Chema Rodríguez son suaves y hermosos. Es difícil transmitir alegría en este 2021. Y el autor lo ha logrado, pese a que todos sabemos que no habrá Semana Santa. Quizás algunos esperábamos algo más arriesgado, pero el pintor ha preferido una composición y una idea exentas de riesgo. Lo que más me gusta es la valentía del artista, que ha asumido el encargo cuando sabe que no saldrá ni un paso a la calle. Eso es, de alguna forma, quemarse por amor a la Semana Santa. Sí, claro que, al menos los colores, recuerdan a Laffón. Yel recurso de la mesilla al armario del cartel de Nuria Barrera que todos recordamos. No son malos precedentes en ningún caso. Está claro que el cartel no deja a nadie indiferente. Pero insistimos en lo más importante: hay belleza y hay hasta alegría. Nos chirría algo la corona de espinas encima de la mesilla, pero bueno... ¡Viva la libertad del autor! Quien sepa hacerlo mejor, que lo pinte. Y a quien no le guste, que no mire. ¿El Consejo? Ya podría decirle lo mismo al pregonero, que de el paso al frente y nos anime este 2021, que falta hace.

En las vísperas

El viernes previo a la presentación se filtró que el cartel consistía en una mesilla con elementos religiosos. La información dio en toda la diana. ¿Ha sido quizás por haberle enseñado la obra a tanta gente en los días previos? Hay alguno al que le puede la vanidad y, sin pretenderlo, perjudica al autor. También me dicen que el pintor se ha movido mucho en las redes sociales con el proceso de elaboración. Hay que ser muy, pero que muy discreto, para ver carteles y leer pregones con anterioridad a que sean conocidos y estar callado años y años. De esos hay pocos. Pero los hay.

Rescoldos de la Corona

Ahora que ya ha pasado el vía crucis, que ha sido un verdadero éxito, llega la hora de comentar el papel del Consejo. Resultó inexplicable, que rima con impresentable, la ausencia de los altos cargos de la institución en la presentación del cartel. Sólo fue una consejera... ¡Y de gloria! Ni los cargos generales ni el delegado de vísperas, que para colmo es de la Corona. ¿No les resulta raro? ¡Será por la cantidad de actos que hay en la ciudad en el último año! Tanto cargo para nada. A la hora de la verdad no hay sentido institucional. Ni estratégico. Porque podía haber asistido el vicepresidente, reconocido experto en Arte, o el señor de las vísperas mismamente. En la Casa de Pilatos se presentó el cartel, mientras otros... se retrataron. ¡Honor para doña Miriam, la señora consejera de Gloria que acudió con toda dignidad, respeto y saber estar! Se llama institución que rima con educación. ¿Y lo de no permitir que el Nazareno se moviera en las andas, como ha ocurrido con las imágenes de los vía crucis de Málaga y Córdoba? Ah, será que nuestra Catedral es pequeña. Esperen, esperen a que conecte las risas en off...

Por cierto

¿Tienen el audio sobre la exposición In nomime paqui? Es absolutamente genial. Si el personal dedicara tanto ingenio a la fundación de empresas y a iniciativas emprendedoras, les aseguro que en Andalucía no habría paro. Por lo menos ríanse al oírlo. Merece la pena.

El Lagarto de la Catedral: "Cuentan, mi querido Fiscal, que entre las numerosas llamadas que está recibiendo el párroco de San Diego de Alcalá, don José Miguel Verdugo, contagiado de Covid, se encuentra la del cardenal Amigo, muy pendiente de la evolución de este sacerdote, antiguo hermano de la Sed y Los Gitanos"