Rafael Salgueiro

Universidad de Sevilla

El territorio de frontera del sur de Andalucía

El enorme potencial económico en torno al Estrecho deGibraltar sigue sin ser explotado en su totalidad El ‘Brexit’ es una nueva fuente de incertidumbre para la economía linense

Anticipando mis disculpas por una siempre inadecuada autocita, permítame el lector mencionar hace ya algunos años, en estas mismas páginas, publiqué un artículo titulado las Cuatro nuevas columnas del Estrecho. Revisaba entonces algo que sigo sin comprender: la falta de articulación económica entre los territorios del Estrecho, centrando la atención en que en espacios muy cercanos: Campo de Gibraltar, Gibraltar, Ceuta y Tánger, se hablan cuatro lenguas de primer orden, tres de ellos pertenecen a la Unión Europea, uno funciona con arreglo a las leyes comerciales británicas, otro es cabeza de una zona de desarrollo industrial que está teniendo un espléndido recorrido y un tercero aloja una aglomeración de industria básica de enorme importancia. En las riberas existen dos puertos de talla internacional, todavía con amplia diferencia de tráficos, ubicados en una de las mayores vías de mayor intensidad de tránsito marítimo del planeta. Sostenía que, si hubiese que diseñar un área económica y comercial internacional, los territorios del Estrecho podrían ser el modelo geográfico e institucional; pero por muy distintas razones jamás hemos sido capaces de aprovechar todo el potencial que tiene este espacio.

Desde entonces, creo que se publicó en el año 2011, hemos asistido al despegue de las zonas industriales de Tánger, en el seno del Plan de Aceleración Industrial 2014-2020 y del puerto Tánger Med, ya el mayor puerto transbordador de África. Únanse a ello las ahora buenas comunicaciones por carretera, el tren de alta velocidad Tánger-Rabat-Casablanca inaugurado en 2018, y el desarrollo del aeropuerto Ibn Battuta. Por su parte, Gibraltar dejó definitivamente atrás las consecuencias del menor gasto militar del Reino Unido, y de la finalización de la actividad del astillero para la reparación de buques de la Armada y de OTAN, siendo suplido por actividades civiles. Contra lo que podría pensarse hace años, son numerosos los edificios de nueva construcción en el oeste del Peñón y ha sido previsto el desarrollo urbanístico del Levante, el Eastside Project. La oferta comercial de Gibraltar, todavía limitada, se ha diversificado desde aquella cacharrería electrónica característica en los años posteriores a la reapertura de la Verja, y la posterior emergencia de las perfumerías. Sigue siendo sede de numerosísimas sociedades off-shore, que no son ilegales por sí mismas, y sede de empresas de juego on line, pero este ya no es el sustento económico principal de la Roca, ni creo que la exportación ilegal de tabaco o alcohol tampoco lo sea. En todo caso, la economía de Gibraltar y su interacción con la española fueron bien estudiadas en un informe socioeconómico en 2015, conocido como informe Fletcher y cuya síntesis es accesible en internet.

Pero en lo que a nosotros nos atañe, no es precisamente boyante la situación de Ceuta, a pesar de ser un territorio de la UE incrustado en Marruecos, y el Campo de Gibraltar sigue teniendo unas tasas de desempleo muy elevadas, sin que se haya logrado atraer a nuevas industrias de importancia; si bien es de aplaudir la inversión que han venido haciendo de forma continuada las industrias básicas allí asentadas.

Tengo para mí que los que vivimos en otras partes de Andalucía no alcanzamos a comprender bien la realidad del Campo de Gibraltar. Nuestra imagen mental, que determina nuestro pensamiento si no vencemos la pereza y nos aplicamos a conocer y a estudiar, es probablemente muy clara sobre casi todos los territorios y las ciudades de la región; una imagen formada por las instantáneas históricas de nuestra educación escolar, por los viajes que hayamos hecho, por las relaciones personales y profesionales que tengamos en cada uno de esos lugares, y por las noticias en los medios de comunicación. Pero creo que cuando pensamos en ese territorio adolecemos de falta de claridad y, en general, tendemos a pensar sólo en lo más noticioso. Probablemente se debe a que su realidad es sumamente compleja, como territorio doblemente fronterizo y también debido a su trayectoria histórica.

Y dentro de lo noticioso es, inevitablemente, donde situamos nuestro pensamiento sobre La Línea de la Concepción, para muchos apenas el sitio que se atraviesa para ir de compras o de negocio a Gibraltar, y del que solemos tener noticia debido a las actuaciones policiales o conflictos entre bandas. Pero también, cuando nos acercamos por Levante, nos quedamos sorprendidos, a la vista de la playa, con un potencial de aprovechamiento turístico que no ha sido desarrollado, por ejemplo; aunque también por una sensación de desestructuración urbanística, como si esta ciudad fuese sólo una acumulación de barrios muy diferentes entre sí.

La economía de La Línea ha sido siempre muy dependiente del estado de nuestras relaciones con la colonia británica y, a pesar de los intentos habidos, nunca se ha logrado establecer ni una base económica sostenible y propia, ni tampoco aprovechar el potencial que podría suponer lindar con Gibraltar, más allá del empleo de miles de linenses o la magra economía de algunos contrabandos. Entre los intentos que menciono, cabe destacar el intento de compensación de las consecuencias de las restricciones impuestas a las relaciones con Gibraltar por el estado español iniciadas en 1964. El año siguiente se estableció el Programa de Medidas para el Desarrollo Social y Económico del Campo de Gibraltar, que significaba la inclusión de la Bahía en la política de los polos de desarrollo, con la potenciación del puerto de Algeciras y la creación de las áreas industriales en Los Barrios y San Roque, anticipándose al cierre de la Verja que habría de producirse en 1969. Como todos sabemos, se asienta hoy el Campo de Gibraltar una fracción importantísima de la industria básica andaluza y con alcance nacional, y el puerto de Algeciras es un puerto principal en tráfico de contenedores, si bien su capacidad como puerto import-export sigue lastrada por la ausencia de una conexión ferroviaria adecuada, objeto de reivindicación permanente. En La Línea se asentaron algunas empresas: Confecciones Gibraltar, Papelera del Atlántico, Magefesa, Garavilla y Telettra entre ellas, pero, desgraciadamente, ninguna ha logrado pervivir, de modo que valdría decir que los efectos actuales de aquel Programa se limitan al estadio de fútbol y al parque municipal Princesa Sofía. Tampoco ha sido suficiente la Carta Económica Especial que fue concedida al municipio en 1997, aportando ingresos adicionales anuales  cuya cuantía se congeló en 2003. Recientemente se ha demandado la actualización de la Carta o la concesión de una nueva, sin éxito por el momento. No es de extrañar, pues, que, ante la escasez de empleo, y en tiempos más recientes, el Ayuntamiento haya llegado a ser el mayor empleador del municipio, unas 800 personas cuando estuvo gobernado por el GIL; lo cual fue un disparate habida cuenta del tamaño de la población y la escasez de recursos municipales. Ni es de extrañar tampoco que, al margen de las favorables condiciones logísticas, la dedicación a tráficos ilícitos haya llegado a constituir una fuente principal de ocupación y de ingresos, ahora decaída como también es sabido.

Y ya en la actualidad, una nueva fuente de incertidumbre amenaza el futuro. Se trata de lo que suceda con el Brexit y sus consecuencias, lo cual ha sido objeto de análisis en una publicación disponible en la web municipal, al igual que su Plan estratégico de impulso y crecimiento, y el avance de un Plan de Ordenación Urbana que, de llevarse a cabo, podría transformar la ciudad. Documentos útiles con independencia de quien gobierne dentro de pocos días y creo que generalizadamente compartidos en buena parte de sus contenidos. Tengo para mí que el futuro de La Línea no es un asunto exclusivo de los linenses o de los campogibraltareños, nos concierne a los andaluces y concierne a los gobiernos de Andalucía y de España, y a este último competen buena parte de las medidas sugeridas en el documento estratégico. No creo que sea muy razonable centrar la acción del Estado en la reclamación de una muy improbable devolución del Peñón mientras que se desatiende la grave realidad del territorio de frontera.

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