Economía

El 'súper' se defiende de los ataques del campo (y del Gobierno)

  • La patronal andaluza CAEA dice que los márgenes de las cadenas son muy escasos y que sólo una mínima parte de los productos los compra directamente al agricultor

  • Afirma que la vía para reducir intermediarios es la relación directa con grandes operadores del sector primario, pero en España hay muy pocos

Sección de frutas y verduras de un supermercado

Sección de frutas y verduras de un supermercado

"Es evidente que las grandes distribuidoras tienen que hacer un examen, una autocrítica y tenemos que introducir muchísima más transparencia para defender al pequeño y mediano agricultor y ganadero". Estas palabras de Pedro Sánchez señalaron a las grandes cadenas de alimentación (Mercadona, Carrefour, Dia, Lidl, etc.) como responsables de los graves problemas que atenazan a agricultores y ganaderos. Éstos llevan inmersos desde finales de enero en una campaña de movilización permanente por los bajos precios que reciben por sus productos y los altos costes que soportan.

Cadena de valor agroalimentaria Cadena de valor agroalimentaria

Cadena de valor agroalimentaria / Dpto. de Infografía

La distribución se defiende y, en el ámbito andaluz, CAEA -la patronal de alimentación y perfumería que agrupa, entre otras, a Mercadona, Supersol, Covirán y El Jamón- ha elaborado un extenso argumentario en el que rechaza los supuestos altos márgenes como consecuencia de la diferencia entre precios en origen de los alimentos y precios de venta al consumidor.

El margen por unidad vendida es mínimo

CAEA alega que el margen neto de los 'súper' -la rentabilidad real una vez descontados todos los costes- se sitúa entre dos o tres céntimos por euro vendido, es decir, en el 2%-3%. El beneficio, pues, no lo basan en los márgenes -que son bajos- sino en "la alta rotación y los volúmenes de venta".

Entonces, ¿por qué, por ejemplo, una naranja cuesta un 532% más en la tienda que en el campo (dato extraído de un índice elaborado por la asociación agraria COAG)? CAEA explica que en el camino de la tierra al consumidor intervienen muchos operadores, como centrales logísticas, mayoristas, cash & carrys, mercas, transporte, establecimientos hosteleros, los propios 'súper', y, en su caso, la industria envasadora y transformadora. Cada uno de ellos aporta algo al proceso y hacen posible "que el consumidor encuentre productos frescos todos los días a escasos metros de su casa" y "con las máximas garantías de seguridad", dice CAEA.

En el camino del agricultor a la tienda intervienen múltiples operadores y todos aportan valor, dice CAEA

Si no fuera así, añade, no  sería posible "ordenar el reparto" a los 122.000 establecimientos alimentarios que hay en España, 22.000 de ellos en Andalucía. "Es imposible que cada proveedor lleve su producto directamente a la tienda", afirma Álvaro Zafra, secretario general técnico de la organización, que estima que cada supermercado puede tener entre 8.000 y 10.000 referencias de productos de media.

Muchos (y variados) costes en el camino

La intervención de operadores en esa cadena que va del campo al consumidor genera costes, como "mano de obra, materiales, limpieza, pesaje, transporte en todas las fases, energía, embalaje, gestión de residuos, mermas por deterioro o desperdicios, gestión comercial, seguros, etc.". Y esa es la causa de la diferencia de precios entre el campo y el cliente.

Para CAEA, la cadena alimentaria en España funciona bien: "es tremendamente competitiva y eficiente" y eso posibilita, añade la asociación, que los precios en tienda estén cinco puntos por debajo de la media europea. Si los precios en origen son bajos, argumenta, eso obedece a motivos ajenos a la distribución, que sólo compra directamente a los agricultores una mínima parte de lo que producen. El 80% se exporta y, del 20% restante, sólo el 7% va directamente a los supermercados.

La eliminación de intermediarios depende del tamaño de las explotaciones

Para los supermercados, pues, la falta de rentabilidad del agricultor obedece a otros motivos: climáticos, geopolíticos, política agraria de la UE, importaciones de terceros países, etc. "La distribución alimentaria es la primera interesada en buscar soluciones para que todos los eslabones sean rentables y viables económicamente", dice CAEA, que señala una posible vía para aliviar al productor: elevar la relación directa con el campo, que debe ser "estable y duradera" para evitar la volatilidad habitual de los precios. Esa es la tendencia actual, pero queda mucho camino por recorrer, sobre todo porque la distribución encuentra pocos operadores agrarios capaces de saltarse pasos intermedios. La atomización del sector, que suma 4.000 cooperativas agrarias, es en este sentido un problema.

En este proceso de diálogo, CAEA señala una sola línea roja: el precio que paga el consumidor. Los beneficios para el agricultor no deben ir nunca en detrimento del cliente, dice.

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