El presidente del Gobierno se enfrentará mañana a una de sus jornadas más complicadas. El Debate sobre el estado de la Nación de lejos de ser una plataforma para respaldar el buen hacer y la fuerza del Gobierno será una dura prueba por la que el Ejecutivo tendré que pasar.

Para salir airoso, José Luis Rodríguez Zapatero cuenta con un as debajo de la manga. Todo apunta a que durante la sesión anunciará nuevas medidas sociales como munición contra la recesión y el aumento del paro. En concreto, apostará por aplicar a los parados, en función de su situación económica, la renta mínima de inserción (también conocida como salario social o renta básica), según publicó ayer un medio de comunicación.

La iniciativa necesita de la colaboración de las comunidades autónomas, que son las que tienen la competencia sobre esta ayuda, que ahora gira en torno a los 400 euros al mes y se centra en personas con riesgo de exclusión social y laboral.

Por otra parte, Zapatero rechazó ayer responder a las acusaciones del presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán (a quien traicionó un micrófono abierto cuando responsabilizaba de la crisis a "los años de Zapatero"), en un deseo de que "el diálogo social avance", convencido de que si ese diálogo "permite ganar empleos" su silencio "merecerá la pena".

"Mi silencio merecerá la pena en favor del diálogo social y por eso no voy a contestar al presidente de la patronal", afirmó. Reconoció que "sería fácil" contestar a estas palabras, pero recalcó que su "sentido de la responsabilidad está por encima".