Salón de la minería de Sevilla

Eduardo Serra pide a las empresas que busquen el interés general

Eduardo Serra, durante la conferencia inaugural

Eduardo Serra, durante la conferencia inaugural

La conferencia inaugural del salón corrió a cargo del presidente de Everis y ex ministro Eduardo Serra. No versó estrictamente sobre minería, sino que consistió en una serie de reflexiones sueltas sobre el mundo de hoy dirigidas a empresarios. Sí que dijo algo que bien puede aplicarse al sector minero, inmerso hoy en retos como el cuidado del entorno, la economía circular o la sostenibilidad: las empresas deben atender al interés general. Ante el dominio que ejercen las multinacionales tecnológicas –que buscan su interés particular– y el avance del populismo, los estados “no pueden o no quieren atender este interés y hay una responsabilidad social de las corporaciones en dar de alguna forma cobertura al interés general”. Se trata de llenar ese vacío e ir más allá de obtener beneficios y generar empleo, sus tradicionales cometidos. También pide que la empresa –y la sociedad civil en general– exija a la clase política ser “igual de seria que cualquiera de nosotros, que se comporten como un ciudadano cualquiera” cuando maneja aspectos de su vida como por ejemplo la compra de una casa.

Así se manifestó Serra en una conferencia en la que estuvo a ratos pesimista y a ratos optimista ante lo que denominó “un cambio de época”. Para él, la burguesía ilustrada que surgió en el siglo XVIII y que trajo “la democracia representativa, la seguridad jurídica o los derechos humanos” está en declive y está siendo sustituida por una nueva clase que “genera sus propias instituciones”. Así, por ejemplo, “la presunción de inocencia ha dejado de existir, se critica antes de que se conozcan los hechos, las condenas no exigen oír al afectado”.

Democracia en crisis

También el mismo concepto de democracia está en crisis: “Esa idea china de presumir de sistema económico y de que el sentimiento democrático importa menos está llegando a las sociedades occidentales”, dice. En los populismos, sobre todo de izquierdas, se impone la democracia directa: “Pero nadie subiría a un avión si el piloto es elegido por el pasaje sin tener en cuenta sus horas de vuelo”. El ejemplo es el 'Brexit'. “5.000 tratados de la UE se dejan al albur de un referéndum. La clase dirigente abdica de su responsabilidad”.

Alerta de que nadie en España está pensando en “cómo será el país dentro de 20 años”

Respecto a España, apeló a la necesidad de “subrayar lo que nos une”. “Los partidos son eso, partidos, y se identifican por oposición a los demás. Pero junto al elemento diferencial alguien debe decir que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa”. Se queja, por otro lado, de que nadie piensa en la España de dentro de 20 años. “Los trabajadores están pagando las pensiones de ahora sin saber si las cobrarán ellos. Y tienen derecho a saber qué pasará con ese dinero que le sustraen”.

Por último, una nota optimista: en lo material, España y la humanidad viven el mejor momento de su historia. “En 1950 el 70% de la humanidad era pobre; hoy es el 8% y ahora se dan las condiciones para eliminar la pobreza en el mundo”.

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