Economía

Fundación MAS: cómo hacer mucho con poco

Montserrat Badía,  directora de la fundación en sus primeros diez años de vida

Montserrat Badía, directora de la fundación en sus primeros diez años de vida

A contracorriente. Así nació a finales de 2009 la fundación de la cadena andaluza de distribución MAS, en un momento en el que muchas fundaciones comenzaban a echar el cierre asfixiadas por la crisis económica. “Me pareció muy loable que en un momento así apostara por un tema que supone un gasto adicional para el grupo”, afirma Montserrat Badía, que ha sido la alma mater del proyecto durante sus diez primeros años y que fue sustituida en noviembre por Luis Miguel Pons, ex director del Instituto de Estudios Cajasol. Bajo la dirección de la que fue, entre otras cosas, portavoz del Gobierno andaluz, directora de Puertos de la Junta o concejal en el Ayuntamiento de Sevilla, la Fundación MAS se ha hecho con un hueco en su ámbito, con logros importantes a pesar de ser pequeña.

Estructura pequeña, muchos proyectos

Con poco, ha conseguido mucho. La estructura nació con lo mínimo y se ha mantenido así en el tiempo: la propia Montserrat Badía -que compatibilizaba el cargo con su puesto de técnico en la empresa pública Sandetel- y la trabajadora de MAS Lourdes Caro. Nadie más.

El presupuesto está en el entorno de los 300.000 euros, que no es mucho, “pero tiene mucha rentabilidad”, ya que “hay poco gasto fijo” y casi todo va a proyectos. Además, la fundación se sirve del apoyo de muchos departamentos y del Grupo Mas Solidario, una iniciativa de voluntariado impulsada por 15 trabajadores de la compañía. Y de la colaboración de proveedores de alimentos y de entidades como Cajasol y La Caixa, entre otras muchas.

El reparto de alimentos

Desde el principio, la fundación definió claramente sus ámbitos de actuación. Uno estaba claro: el reparto de alimentos. Cada año, un poquito más, hasta llegar a los 100.000 kilos en los últimos ejercicios (un millón en los diez años) y abarcar todas las provincias andaluzas excepto Almería, más Cáceres y Badajoz. “No conocíamos a las personas necesitadas y hemos hecho esto apoyándonos en hermandades, Caritas, servicos sociales del ayuntamiento, etc. Nosotros enviamos las cestas a cada centro y ellos hacen el reparto”. La fundación también colabora en iniciativas similares, como la gran recogida del Banco de Alimentos o el reparto de cereales para niños de la Fundación Ordesa.

La formación

Otra pata fundamental tiene que ver con el momento en el que nace la fundación. “Había un paro juvenil muy alto y para combatirlo montamos lo que mejor se conocía en el grupo: un programa de formación en oficios, como charcutero, pescadero, carnicero, panadero, etc. Todos los años se ha montado un taller de 40 personas y en los dos últimos dos talleres, con un índice de inserción media en el grupo del 80%, “sin contar con los que se han ido para fichar por otras cadenas”, recuerda Badía.

Las becas Impulso Talento Joven, con la colaboración de La Caixa y la Fundación Don Bosco, forman por su lado a jóvenes desempleados con formación académica para ser mandos intermedios en la empresa. “Empezamos en 2016, firmando un convenio con el grupo que nos garantizaba el 30% de contratación y normalmente lo hemos superado (en 2018, fue el 100%)”, dice Badía, que menciona también un curso de inglés que permite a niños con pocos recursos, de entre 9 y 13 años, aprender un idioma.

En total, MAS ha concedido a lo largo de su trayectoria más de 800 becas de formación y ha terminado haciendo cada año dos talleres de oficios, dos de mandos intermedios y uno de inglés.

La salud

La Fundación también ha abordado el ámbito de la salud con el reparto de más de 8.000 desayunos saludables en sus tiendas y organizado, además, tres carreras solidarias.

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