El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, alertó ayer de que el elevado grado de persistencia de la crisis económica generada por la pandemia hace más probable que se produzcan daños estructurales indeseados, más allá de los cambios estructurales que ya empiezan a percibirse.
Así lo advirtió durante la clausura del XI Encuentro del sector financiero, donde comenzó su intervención avisando de que la crisis económica está provocando ya “innegables repercusiones” también para el sistema financiero. En este entorno “complejo e incierto”, el gobernador del Banco de España reclamó que la política económica proporcione certidumbre a los agentes económicos, lo que exige apoyar la recuperación, pero también facilitar la adaptación estructural de la economía y “hacer frente desde ya” a los retos de largo plazo, con consensos amplios entre agentes políticos, económicos y sociales, asentados en un marco institucional y de gobernanza “estable y sólido”.
En el ámbito financiero, Hernández de Cos sostuvo que objetivo compartido debe centrarse en evitar que la crisis sanitaria y la económica se transforme en una crisis financiera. En cuanto a las medidas que deben conformar la estrategia de política económica, el gobernador del Banco de España abogó por mantener, e incluso ampliar si fuera necesario, las medidas de apoyo (tanto de rentas de hogares y empresas como financieras y monetarias), pues su retirada prematura “causaría unos perjuicios que exceden los posibles costes de mantenerlas hasta que la recuperación dé muestras de suficiente solidez”. Hernández de Cos reiteró que las medidas de política fiscal deben enfocarse ahora en los sectores y grupos poblacionales más afectados.
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