Economía

El BCE insta a la banca a trasladar el coste del impuesto del Estado a los clientes

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo.

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo. / Toms Kalnins

El Banco Central Europeo (BCE) ha emitido este jueves un crítico dictamen sobre el impuesto que el Gobierno central prevé imponer a la banca. En él, recomienda al Ejecutivo que realice un "análisis exhaustivo" de las consecuencias negativas que podría tener sobre el sector el impuesto y si podría afectar a la concesión de créditos, entre otros riesgos. Pero además, el BCE considera que es adecuado que se repercuta a los consumidores: el gestor espera que las entidades, de conformidad con las buenas prácticas internacionales, reflejen en los precios de los préstamos "todos los costes pertinentes, incluidas las consideraciones fiscales.

El BCE considera que, antes de aprobar el impuesto, el Gobierno tiene que estudiar detalladamente el impacto que podría tener ese gravamen temporal sobre la rentabilidad de las entidades de crédito y financieras afectadas y sobre las condiciones de competencia en el mercado. El objetivo ha de ser que se garantice que su aplicación no plantea riesgos para la estabilidad financiera, la resiliencia del sector bancario y la concesión de créditos.

"Esta recomendación es especialmente pertinente en el actual entorno económico y financiero, que presenta una gran incertidumbre; y ante la perspectiva de que las provisiones para pérdidas crediticias de las entidades de crédito aumenten debido a la acusada ralentización prevista de la actividad económica", añade.

Al respecto, recuerda que debe tenerse en cuenta que los bancos ya han tenido que registrar provisiones más elevadas con respecto a su exposición a empresas de sectores con un elevado consumo energético, por ejemplo.

El BCE alerta de que "la consideración de una entidad de crédito afectada como obligada al pago del gravamen temporal mientras registre pérdidas netas, distorsionaría significativamente y perjudicaría aún más la resiliencia de un banco deficitario". Además, "la aplicación del gravamen únicamente a determinadas entidades de crédito españolas podría falsear la competencia en el mercado y perjudicar la igualdad de condiciones tanto dentro del país como en toda la unión bancaria".

El BCE dice también en el dictamen, firmado por la presidenta Christine Lagarde, que "el gravamen temporal no tiene en cuenta todo el ciclo económico y no comprende, entre otros, los gastos de explotación ni el coste del riesgo de crédito". Por consiguiente, el importe del gravamen temporal podría no ser proporcional a la rentabilidad de una entidad de crédito.

El BCE también resalta que "sería deseable una terminología más clara en el texto final sobre el criterio a la hora de determinar las entidades de crédito y financieras afectadas en aras de la seguridad jurídica".

Tampoco está clara, según el BCE, "cuál será la función de colaboración del Banco de España para garantizar el cumplimiento por parte de las entidades de crédito del requisito establecido en la proposición de ley de no trasladar el importe del gravamen temporal a sus clientes". Esta cuestión podría aclararse más, en particular, indicando que no equivale a encomendar ninguna tarea nueva al Banco de España.

El BCE recuerda en su texto las subidas de los tipos de interés, desde julio, en 200 puntos básicos. Los ingresos netos por intereses de los bancos suelen aumentar a medida que suben los tipos de interés.

"No obstante, este efecto puede compensarse con un menor volumen de préstamos, por pérdidas en la cartera de valores y aumentos en las provisiones como consecuencia del deterioro de la calidad de la cartera de crédito", advierte el BCE.

En el entorno actual, agrega el BCE, se puede reducir de manera significativa la capacidad de pago de los deudores y "el efecto neto de las subidas de los tipos de interés sobre la rentabilidad de las entidades de crédito podría ser posiblemente menos positivo, o incluso negativo, en un horizonte temporal prolongado".

El gravamen temporal atiende a los ingresos totales por intereses y comisiones correspondientes a 2019, pero es posible que los bancos registren unos beneficios bajos o pérdidas en el momento en que se recaude de forma efectiva el gravamen. Por ello la capacidad de los bancos para alcanzar posiciones de capital adecuadas se puede ver perjudicada, según el BCE.

Impacto en la banca

Fuentes del Gobierno español han querido aclarar que este dictamen del BCE no es vinculante y no se posiciona contra el impuesto, sino que se pronuncia sobre aspectos técnicos que considera necesario aclarar.

"Todas estas consideraciones fueron tenidas en cuenta por el Gobierno antes de hacer la propuesta", aseguran las citadas fuentes, que apostillan que los bancos han logrado fuertes incrementos de beneficios en los nueve primeros meses del año gracias a la subida de tipos de interés y de que "la remuneración de los depósitos todavía se mantiene contenida", entre otras razones.

El sector bancario se encuentra en una posición "muy sólida en términos de solvencia", a juicio del Gobierno, que no prevé que el impacto vaya a tener "un impacto significativo tanto por su naturaleza temporal como por la calibración y diseño del mismo".

Además, el Ejecutivo considera que "el horizonte temporal minimiza cualquier efecto distorsionador".

Traslado al cliente

En su dictamen el BCE también asegura que una prohibición general de que el gravamen se traslade a los clientes de los bancos "podría generar incertidumbre, así como riesgos operativos y de reputación" y explica que es "legítimo" aumentar los precios a los clientes cuando haya aumentos de costes distintos del gravamen.

De hecho, el BCE espera que las entidades, de conformidad con las buenas prácticas internacionales, tengan en cuenta y reflejen en los precios de los préstamos "todos los costes pertinentes, incluidas las consideraciones fiscales, cuando proceda".

"Habida cuenta de todas las circunstancias diferentes que pueden provocar un incremento de los precios en el contexto actual de subidas de los tipos de interés, inflación o deterioro de las primas de riesgo, parece difícil diferenciar si el gravamen temporal se trasladaría de forma efectiva a los clientes o no".

La Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae) ha criticado que el BCE vea "legítimo" el traslado a los consumidores de un tributo "largamente esperado por los ciudadanos", diciendo que se trata de un "despropósito mayúsculo y un ataque directo a los consumidores".

"Incitar a que un impuesto que se aplica a una empresa se traslade a su clientela de forma casi directa supone alterar el sentido del tributo y su sujeto pasivo", afirma la agrupación en un comunicado.

Para el presidente de Adicae, Manuel Pardos, el importe del tributo -que aspira a recaudar 1.500 millones entre 2023 y 2024- "significa una cantidad ínfima de los beneficios", que "en estos momentos de grave crisis económica todavía son mayores". Al respecto, recuerda que los seis grandes bancos españoles ganaron el año pasado casi 21.800 millones, la cifra más alta desde la crisis de 2008.

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