Aunque el mercado laboral mejora, lo hace de forma bastante incompleta y con signos preocupantes. Así, la región es capaz de crear 30.284 empleos, hasta sumar 3.127.322 afiliados medios a la Seguridad Social. Es una buena cifra, aunque también es la más baja desde 2014 en un mes que suele marcar el inicio de la contratación de la temporada turística, cuyo avance aún es tímido, y en el que todavía se genera algo de empleo agrario.

Pese a este aceptable nivel de afiliación, sin embargo, apenas baja el desempleo en 672 (hasta 984.497) una cifra ridícula si se compara con otros años (salvo el excepcional 2020).

En gran medida, ello tiene que ver con el hecho de que unos 17.000 de esas nuevas afiliaciones procedan de Huelva, en plena campaña de la fresa. Son empleos formalizados en contratos cortos que tan pronto como aparecen desaparecen de las estadísticas. A día 30 de abril, muchos de los que trabajaron en el mes ya están parados. Pero no solo es eso. También influye la incorporación mes a mes de nuevos demandantes de trabajo, como se refleja en el incesante aumento del colectivo sin empleo anterior (2.739 personas más en abril y 30.000 en un año).

Los autónomos en cese de actividad (95.825) son ya más que los que están en ERTE (84.913)

Esto último explica, al menos en parte, la divergente evolución anual entre paro registrado y afiliación. En un año, se han creado 165.864 empleos, o, más exactamente, se han recuperado respecto a la fortísima destrucción de puestos de trabajo en marzo y abril de 2020. En esos dos meses, en afiliación media, se perdieron 177.357 empleos en términos de afiliación media, por lo que solo quedarían 12.000 para recuperar el nivel de febrero de 2020 y 27.000 para llegar a abril de 2019. En lo que respecta al paro, la situación es diferente: Andalucía registra todavía 6.200 parados más que hace un año. Es decir, que a la brutal subida del paro de marzo y abril de 2020 aun hay que añadir más de 6.000 parados más. Eso hace que haya, todavía hoy, casi 180.000 parados más que en febrero de 2020, último mes prepandemia, y nada menos que 205.403 más que en abril de 2019.

Y eso sin contar los ERTE y la prestación por cese de actividad de los autónomos. De no ser por estos dos factores, las cifras serían aún más escandalosas. Las suspensiones temporales de empleo continúan la tendencia a la baja que iniciaron en marzo: hay 84.913 personas en esta situación en abril, 13.329 menos que el mes anterior, un bajón considerable. Por primera vez, además, el Ministerio de Inclusión desglosa los ERTE completos y los que son a tiempo parcial. Según la estadística, hay 56.516 que están en paro completo y 28.397 en desempleo parcial. Estos últimos están trabajando de forma efectiva, aunque  menos horas.

Los trabajadores que están trabajando de forma efectiva no llegan a los 3 millones

Los que sí aumentan son los autónomos en cese de actividad, que son 95.825, 3.369 más que en marzo, más que los afectados por ERTE. La paradoja es que el número total de autónomos aumenta en 3.460, lo que refleja que se incorporan personas al sistema y los que se van pasan a estar en cese (se siguen considerando autónomos).

El paro supera de largo el millón si incluimos ERTE y cese de autónomos (1.165.235) y el número de afiliados cae por debajo de tres millones (2.946.584).

10.145 afiliados más en la hostelería

Pese a todo, es el sector que más empleo crea en abril, al sumar más de 10.000 nuevos afiliados en el régimen general, seguido de la agricultura (5.992).

90.343 contratos indefinidos desde enero

Una de las más gratas noticias deja 2021 es el fuerte aumento de los indefinidos. No solo son un 6,4% del total (cifra históricamente alta) sino que son 15.000 más que en 2019.