Economía

Alemania dinamizará su mercado a través de los 'bancos basura'

  • El plan permite a las entidades financieras liberarse de los activos tóxicos.

El Gobierno alemán aprobó este martes el proyecto de ley que permitirá a los bancos liberarse de sus activos tóxicos y depositarlos en bancos basura, mediante un modelo que pretende evitar una erosión de las arcas públicas y que constituye un nuevo intento de insuflar vida al sistema financiero.

"Se trata de un modelo que intenta gravar lo menos posible al contribuyente", dijo el ministro de Finanzas, Peer Steinbrück, al presentar este modelo ante la prensa.

Con este sistema el Estado pretende devolver capacidad de gestión al sistema bancario, que no sale de su crisis a causa del enorme volumen de activos de valor nulo, lo que impide que los bancos se centren en su labor principal, la de conceder créditos.

El modelo consiste en que los bancos con elevado volumen de activos tóxicos los puedan depositar en una sociedad creada exclusivamente para aparcar estos títulos, lo que, pese a no tratarse de un banco propiamente dicho, se ha venido a definir como banco basura.

Para cada título que deposite en esta sociedad, el banco en cuestión deberá emitir bonos de deuda, que el Estado garantizará -a través del Fondo de Estabilización de los Mercados Financieros (SoFFin)- por un máximo de veinte años.

A cambio de esta garantía, la entidad financiera deberá pagar un porcentaje que, según Steinbrück, seguirá los baremos habituales del mercado.

El valor de los bonos se regirá por la última cotización que tenían los títulos, del que se restará un 10%.

Sin embargo, como el valor real es en principio mucho menor, el proyecto de ley contempla que haya una evaluación adicional a realizar por un experto que no esté vinculado con el banco afectado.

Esta evaluación es importante a la hora de que el Estado recupere dinero, pues el banco basura deberá abonar esta diferencia al SoFFin en cuotas anuales durante los veinte años que rige la garantía.

Si una vez vencido el plazo, todavía quedan pérdidas, serán los "antiguos accionistas", es decir los que tenían títulos en el momento de emitirse los bonos de deuda, quienes deberán asumirlas prescindiendo de los dividendos.

Steinbrück subrayó que el Estado no deberá establecer ningún tipo de partida adicional en los presupuestos generales pues el SoFFin cuenta con la dotación necesaria.

De los 400.000 millones de euros de garantías que se comprometieron para este fondo, tan sólo se han requerido por ahora 140.000 millones, por lo cual todavía hay 240.000 millones disponibles, dijo Steinbrück.

El ministro añadió que el organismo de supervisión bancaria "Bafin" calcula que el volumen de títulos tóxicos asciende actualmente a entre 180.000 y 190.000 millones de euros.

El hecho de que el Gobierno alemán haya decidido aplicar también en este país el modelo de los "bancos basura" obedece más a una situación de necesidad que de convicción, como reconoció indirectamente Steinbrück.

"Es una operación necesaria. Habrá que ver todavía si es suficiente", confesó el ministro.

Los bancos interesados tendrán tan sólo medio año a partir de que la ley entre en vigor para crear estas sociedades.

Steinbrück ha optado por un modelo voluntario, en contra de algunas voces críticas en su propio Partido Socialdemócrata, que exigían que se obligara a todos los bancos con problemas a recurrir a este instrumento.

El modelo de los bancos basura afecta únicamente a los activos tóxicos, productos que hasta hace medio eran los que garantizaban el éxito de un banco y que han pasado a ser los causantes de la crisis, como subrayó el ministro de la Cancillería, Thomas de Maiziere, en la rueda de prensa con Steinbrück.

Para las otras dos categorías de títulos problemáticos, que Steinbrück definió como los "actualmente sin liquidez" y los "estratégicos" -estos últimos llamados así porque se refieren a los que venden las entidades en proceso de reestructuración- se está elaborando otro proyecto de ley.

Este proyecto apunta fundamentalmente a los bancos públicos, para los que, como adelantó el ministro, se prepara un modelo de ayuda que esté vinculado al compromiso de éstos a emprender una reorganización total de su sistema de funcionamiento.

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