Huelva adentro

El pueblo de Huelva da nombre a una región de Marte

Los tres montes Tharsis, en una recreación del artista holandés Kees Veenenbos.

Los tres montes Tharsis, en una recreación del artista holandés Kees Veenenbos. / Kees Veenenbos

Un mismo topónimo en la Tierra y en Marte. Hasta aquí podría ser normal. Más curioso que sea cercano para nosotros. En España, sí, y en Andalucía. En la provincia de Huelva. No hay lugar a equívocos: se llaman igual, una región marciana y una localidad onubense del interior. Ambas llevan por nombre Tharsis.

Lo curioso es que ambas fueron bautizadas en el siglo XIX. Un poco antes el pueblo. Descubierto por Ernesto Deligny en marzo de 1853, aquellos antiguos yacimientos mineros explotados por romanos y pueblos más lejanos estaban allí, abandonados. En lo alto de un extensísimo cerro que en el lugar era conocido como Sierra Tarse. Una revelación para el ingeniero francés. Después del descubrimiento de Riotinto, el Tarsis de la antigüedad, defendía, parecía situado ya en Huelva. Y ahora parecía afinarse la ubicación gracias a la tradición de los pastores de la zona, que mantenían viva la herencia fenicia, la tartésica.

Paisaje de las minas de Tharsis, una suerte de terreno marciano en la Tierra. Paisaje de las minas de Tharsis, una suerte de terreno marciano en la Tierra.

Paisaje de las minas de Tharsis, una suerte de terreno marciano en la Tierra. / García Marquina

Deligny no se lo pensó más para bautizar aquel paraje de los alrededores de Alosno como Tharsis, en plena Thartesis Baetica. “No había duda, era Tharsis, con toda su corona metálica, con sus puertos naturales. Al emprender la restauración de tamañas minas, era para mi un deber devolverles su antiguo nombre y llamé al grupo principal minas de Tharsis, no por mero capricho, sino obedeciendo a la tradición tan patente de los siglos”. Así lo escribía en sus Apuntes históricos sobre las minas cobrizas de la Sierra de Tharsis.

Cuando aquello sucedía, el italiano Giovanni Schiaparelli tenía 18 años. Estaba en plena formación para destacar más tarde como astrónomo que centró buena parte de sus investigaciones en la superficie de Marte. Tanto como para bautizar él mismo una de las regiones más importantes del planeta, la de un enorme conjunto volcánico que en el último cuarto del XIX pasó a llamarse Tharsis, seguramente evocando la mitología de la antigüedad, el Tarsis bíblico, evolucionado aquí con la letra hache que distingue también al pueblo.

Montes Tharsis y monte Olimpo, en la región marciana de Tharsis. Montes Tharsis y monte Olimpo, en la región marciana de Tharsis.

Montes Tharsis y monte Olimpo, en la región marciana de Tharsis. / NASA

Tharsis es la región. También un grupo de volcanes. Incluso un solo volcán. También un cañón. Todo allí concentrado, recordando ahora al pueblo rebautizado por Ernesto Deligny, dando personalidad a una de las zonas más estudiadas del planeta rojo.

En esa zona se encuentra el monte Olimpo, el volcán más grande del Sistema Solar. Tiene una altura de 22.500 metros y un diámetro de más de 610 kilómetros. Junto a él, los tres montes Tharsis: el monte Ascraeus, de 18.000 metros de altitud; el monte Pavonis, de 14.000 metros; y el monte Arsia, de 16.000 metros.

Otro volcán Tharsis

Más alejado, en la misma región, el propio Tharsis Tholus, otro volcán de 8.000 metros de altitud (más bajo que el Everest) y 150 kilómetros de diámetro. Como Alba Patera, un escudo de 1.600 kilómetros de diámetro pero con sólo 6.000 metros de altura.

El volcán Tharsis Tholus en perspectiva. El volcán Tharsis Tholus en perspectiva.

El volcán Tharsis Tholus en perspectiva. / Agencia Espacial Europea

Cuando la sonda Mariner 9, en 1971, empezó a orbitar alrededor de Marte, una tormenta de polvo impidió en un primer momento ver la superficie. Cuando la vista se aclaró, lo primero en verse fueron las cimas de los montes Tharsis, revelados ya después como volcanes.

Tierra roja en el Sistema Solar unida por un mismo nombre. Tierra cobriza que encuentra su émula en un planeta lejano. Quizá ahora más cercano que nunca, ya que sabemos que habrá marcianos tharsileños.

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