Esta es la razón por la que el río Odiel de Huelva se tiñe de color turquesa
El estuario del Odiel se vuelve azul verdoso tras ciertos episodios de fuertes lluvias y tormentas: Un fenómeno químico único que transforma la ría de Huelva
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En los días posteriores a las fuertes lluvias, como las de este sábado, un fenómeno sorprendente despierta la curiosidad en Huelva: Las aguas del estuario del río Odiel adoptan un intenso color turquesa.
La imagen resulta tan llamativa que muchos la asocian con paisajes caribeños, pero la explicación está mucho más cerca de la química que de la fantasía. Este cambio de color no es casual ni nuevo: es parte de la identidad de un río marcado por la geología minera de la provincia.
El Odiel, igual que el Tinto, nace en la Faja Pirítica Ibérica, uno de los mayores depósitos de sulfuros metálicos del mundo. Como explican en el artículo publicado en iagua y coescrito por Berta María Carro Flores, Personal Técnico de Investigación en la Universidad de Huelva, y Raquel Martín Banda, Doctora en Geología especialista en Paleosismología y Tectónica A, al atravesar estas zonas, el agua se vuelve muy ácida y arrastra consigo minerales disueltos. Es un proceso natural conocido como lixiviación, responsable de que el río transporte altos niveles de sulfatos y metales hacia la ría.
Esa acidez convierte sus aguas en una muy particular, con propiedades que no se parecen a las de otros ríos convencionales. Su química explica gran parte del espectáculo.
Las lluvias activan el fenómeno
El momento clave llega con las fuertes lluvias. Cuando hay temporales, el caudal del Odiel aumenta de forma repentina, arrastrando una mayor cantidad de sulfatos y compuestos metálicos. Todo ese material llega de golpe a la ría de Huelva, donde se produce un encuentro decisivo: El agua altamente ácida del Odiel se mezcla con el agua salina del mar.
Esta mezcla no es homogénea ni inmediata. La diferencia de pH crea un choque químico que desencadena el fenómeno visual.
La reacción química que tiñe la ría de turquesa
Al entrar en contacto con el agua marina (más neutra o ligeramente alcalina) los metales disueltos en el agua del río pierden estabilidad. Ya no pueden mantenerse en solución y empiezan a transformarse. Se produce entonces la llamada precipitación, un proceso en el que esos metales pasan a estado sólido, formando diminutas partículas que quedan suspendidas en la superficie.
Y ahí está la clave: Esas partículas son las responsables del color turquesa. Flotan durante unas horas o días en la capa superior del agua, reflejando la luz de una manera particular y creando ese tono intenso y fotogénico. Con el tiempo, esas partículas terminan depositándose en el fondo de la ría.
Más allá del color: Impacto ambiental y futuro
El fenómeno turquesa es pasajero y desaparece cuando el río pierde fuerza tras las lluvias. Sin embargo, los metales precipitados que se depositan en el fondo pueden permanecer durante décadas. Eso implica retos ambientales: Ciertos organismos pueden incorporar esos metales a su cadena alimentaria, y los sedimentos actúan como archivo de la historia minera de Huelva.
WWF ha advertido en repetidas ocasiones que las aguas del Odiel siguen presentando niveles de acidez y metales pesados que las hacen inadecuadas para usos como el riego, además de suponer riesgos para la fauna y los sedimentos del estuario. Y aunque ha habido mejoras respecto a décadas anteriores, el sistema continúa siendo frágil y necesita una vigilancia constante.
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