Girona-recreativo

Otro sonrojo más (5-2)

  • El Decano, muy inferior a su oponente, acumula otra goleada fuera de su terreno de juego. Sin ideas ni intensidad en el centro del campo, fue nulo en ataque y en defensa.

Toma tintes esotéricos el Decano cuando se aleja del Nuevo Colombino. Da igual lo que haga. Que juegue bien, mal o regular, que ceda ocasiones, cometa errores o disfrute de oportunidades. Al final acaba pagando no se sabe qué como foráneo. Una cuestión de cabeza, de piernas o de pizarra. Algo falla en el Recre que pierde su fuerza según se va alejando de Huelva. Que tiene dos versiones lo asumen ya hasta los banderines del Nuevo Colombino. Que Sergi no sabe qué más hacer, también. No hay una respuesta lógica. Se vuelve vulgar, sin agresividad ni ideas. Un equipo que una semana antes le mete cuatro goles al Alcorcón, que supera a uno de los conjuntos más duros del campeonato, enrevesado y contundente siempre se transforma en cuestión de días en un bloque errárico, impreciso, sin tensión y con una falta de ambición ofensiva importante.

Elementos tras los que parapetarse hay, pero no pueden más que maquillar la realidad de un Decano diferente. Incapaz. Se puede excusar el Recre en una decisión del colegiado: el penalti de Cifu. Juanlu chocó con el lateral onubense, más que un derribo. Lo hizo tras driblar a varios albiazules e internarse en el área. El defensor recreativista se quedó clavado precisamente para evitar la pena máxima. El gerundés se topó con su cuerpo. La impenetrabilidad de los cuerpos y esas leyes que el colegiado interpretó a su manera. Jandro no falló a un minuto del descanso. Podría parecer injusto, aunque en realidad el gol local pudo llegar antes si Felipe Sanchón hubiese aprovechado el regalo de la pareja de centrales onubenses. El centrocampista se quedó solo delante de Alejandro y se entretuvo lo suficiente como para que el cancerbero le arrebatase la pelota.

Fuese cual fuese el plan concebido por Sergi en la caseta, saltó por los aires. Juanlu avisó al minuto. Es la diferencia. El Decano amaga con dar sin golpear. Sus rivales no tienen tantas contemplaciones. Al instante Luso se encontró incomprensiblemente solo al segundo palo tras un saque a balón parado. Ni defensa, ni ataque ni portero. Un desastre. Prácticamente a gol por disparo. El centrocampista la envió sin problemas al fondo de la portería de Alejandro.

Con toda una segunda parte por delante Sergi buscó el revulsivo con la entrada de Berrocal. Pasó a una línea de tres. Adelantó a Borja Granero y asumió riesgos atrás pero con idéntico resultado en el centro y arriba. Se descubrió en defensa para nada porque su equipo siguió sin generar complicaciones al oponente.

La fiesta local no concluyó con el tanto de Luso. El Girona se tomó un descanso antes del atracón definitivo. Benja en el 62 hizo el tercero. Terminó de reventar el partido. El tanto gerundés dejó roto el ánimo albiazul y el choque, convertido en la media hora restante en un correcalles absoluto. Los de Rubí cedieron la pelota al Decano para aniquilarlo hasta el límite del sonrojo. La impotencia albiazul resultó entonces alarmante. El Girona iba a ampliar su renta cuando apretase mínimamente el acelerador. Iba a necesitar menos de un cuarto de hora para sacarle los colores al Recre.

Borja Granero firmó la anécdota. El esperado primer tanto albiazul cayó en Montilivi. Donde no lo había hecho nunca. El valenciano se apuntó un golazo en su cuenta particular que no sirvió para nada. Fue en el 63. Su rival necesitó bastante poco para redondear la manita.

El cuarto puso en evidencia de nuevo el sistema defensivo recreativista. Luso repitió la acción del segundo. Remató al segundo palo sin mucha oposición. La derrota se convertía en goleada y la goleada en toque de atención para el equipo. Lejos de progresar, mengua su rendimiento fuera de casa con el paso de las jornadas. No avanza, retrocede incompresiblemente. Y las bajas no fueron excusa.

Un ex albiazul hizo el quinto. Acuña entró desde el banquillo para batir sin piedad a Alejandro a los 77 minutos. Con espacios y frente a un Decano desquiciado resultó fácil. Se plantó ante el meta y redondeó el manotazo en la cara recreativista. La réplica de Alexander con el 5-2 no tuvo más valor que el estadístico.

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