Deportes

Otra reyerta mortal

  • Una pelea entre ultras del Atlético y el Deportivo se cobra la vida de un hombre de 43 años El seguidor deportivista no superó la parada cardíaca tras ser restacado del río Manzanares

Un aficionado del Deportivo, de 43 años y perteneciente al grupo ultra Riazor Blues, falleció ayer tras una reyerta que tuvo lugar en las inmediaciones del Vicente Calderón entre hinchas radicales de su equipo y del Atlético de Madrid. El hombre, F. J. R. T. y conocido como Jimmy, según información extraoficial que maneja el Deportivo, formaría parte de la sección Los Suaves, la más radical de los ultras del equipo gallego, y murió al no superar la parada cardíaca con la que ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico de Madrid.

El hombre, padre de un niño de cuatro años, fue rescatado del río Manzanares por los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid -adonde fue o arrojado durante la reyerta- y fue atendido en un primer momento por los sanitarios del Samur antes de ser trasladado al hospital madrileño.

En el enfrentamiento hubo otros once heridos, tres por arma blanca y otros tres con heridas incisocontusas en el cráneo, uno con trauma facial, tres más con contusiones leves y una policía nacional con una fractura en la falange de un dedo de la mano.

Hasta última hora de ayer, la Policía detuvo a 21 personas, seis de ellas con antecedentes, e identificó a alrededor de otras noventa, aunque la operación sigue abierta y no se descarta que se practiquen nuevos arrestos, según la Delegación del Gobierno en Madrid. Entre los detenidos, hay miembros del Frente Atlético, del Riazor Blues, del Alkor Hooligans y dos Bukaneros del Rayo Vallecano, según fuentes policiales.

Los enfrentamientos comenzaron en torno a las nueve de la mañana, tres horas antes del comienzo del Atlético-Deportivo. La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, expresó su "más enérgica repulsa" a la reyerta y ha confirmado que se está investigando si el enfrentamiento es el "resultado de una convocatoria realizada a través de Whatsapp".

El partido entre el Atlético y el Deportivo estaba calificado como "de bajo riesgo" por la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte, motivo por el cual, ha explicado la delegada, el dispositivo puesto en marcha ha sido el "correspondiente" a esa calificación de riesgo.

Hace varias semanas que los cabecillas del Frente Atléticoy los del Riazor Bluesse habían retado para pelearse horas antes del partido que iba a enfrentar a sus dos equipos: el Atlético de Madrid y el Deportivo de La Coruña. Nada extraño y sí habitual entre los grupos más radicales que enturbian la afición futbolística. Pero ayer la cita se tiñó de sangre. ¿Por qué? Muchas pueden ser las respuestas a esta pregunta, pero lo cierto es que en la memoria de los asiduos al estadio Vicente Calderón se hizo un hueco un nombre: Aitor Zabaleta, el aficionado de la Real Sociedad que en los aledaños de esta instalación deportiva murió a manos de Ricardo Guerra en diciembre de 1998.

Según fuentes policiales, los cabecillas de estos dos grupos radicales -de ultraderecha los del equipo de casa y extrema izquierda los del visitante- ya se habían citado para pelearse. "¿A qué no tenéis cojones de quedar para pegarnos?". Con esta pregunta, uno de los cabecillas de uno de los grupos ultras se dirige, en un 90% de los casos por Whatsapp, a otro de los "líderes" de su grupo rival. La respuesta suele ser inmediata y positiva. Después, concretan el número de miembros que acudirá a la cita por cada grupo y el lugar.

Tras el intercambio de mensajes, los cabecillas de Riazor Blueslo tienen claro. Se les unirán grupos de su ideología, en concreto del sector más radical de los Bukaneros, con quienes están hermanados, y los Alkor Hooligans del Alcorcón. Los servicios de Información de la Policía no tuvieron constancia de esta cita y, por las razones que sea, no pudieron evitar una reyerta que se prolongó al parecer durante 45 minutos antes de que llegaran los agentes.

Al parecer, tras agredirle y patearle hasta la saciedad, Jimmy fue arrojado al río, pero algunas fuentes señalaron que la víctima pudo tirarse él mismo, arrastrándose hasta la orilla ya prácticamente moribundo después de que 40 personas le pisotearan la cabeza, según algunos testigos. ¿Qué falló? ¿Pudo evitarse? Son preguntas aún sin respuesta.

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