Fútbol liga de campeones

De proscritos a héroes

  • Keylor Navas y Benzema, dos de los futbolistas más criticados por el Santiago Bernabéu, acaparan el papel estelar en la llegada a otra final

Benzema celebra con rabia el primero de los goles que marcó contra el Bayern en el Bernabéu.

Benzema celebra con rabia el primero de los goles que marcó contra el Bayern en el Bernabéu. / emilio naranjo / efe

El caprichoso destino del fútbol ofreció un giro inesperado a los hinchas del Real Madrid, que hoy ensalzan como héroes a Keylor Navas y Karim Benzema, proscritos hasta hace apenas un par de días.

El conjunto blanco se clasificó para su tercera final consecutiva de la Liga de Campeones ante un Bayern Múnich que se hartó de atacar sin fortuna y que regaló un ridículo gol a su rival. Justo lo que no hizo el Real Madrid.

El fútbol se mastica en el centro del campo, pero se decide en las áreas. Lo primero correspondió al Bayern, dueño del juego y las ocasiones, pero lo segundo fue patrimonio del Madrid, agarrado atrás a Navas y sostenido en el área rival con los dos goles de Benzema.

Keylor Navas es puro Real Madrid: un superviviente. Cada año le buscan recambio -este enero fue Kepa, del Athletic de Bilbao- y el costarricense siempre se las arregla para salir indemne de cada paseo por el borde del abismo.

El meta blanco quedó muy señalado en la eliminatoria ante la Juventus tras un error clamoroso que estuvo muy cerca de significar la eliminación de su equipo. Y en la ida del Bayern tampoco estuvo especialmente acertado en el gol alemán.

Sin embargo, el costarricense realizó el martes 11 paradas ante el Bayern, varias de ellas cercanas al milagro, para ser aclamado como héroe.

"Deben agradecerle sus paradas", expresó lacónicamente el entrenador alemán Jupp Heynckes tras el partido. "Por eso es el portero del Real Madrid", argumentó Zinedine Zidane, técnico blanco.

Para Zidane también fue un triunfo, pues fue él quien descartó el fichaje de Kepa para reforzar a su portero, el que defenderá los palos en la final de Kiev, en momentos de duda. Como siempre ha hecho.

Y lo mismo se puede decir del caso de Benzema. Nadie como Zidane para defender con obstinación, casi con tozudez, al futbolista que más irrita al Santiago Bernabéu por su supuesta indolencia y su falta de instinto para gol.

En contra de la opinión generalizada del madridismo, Zidane decidió darle la titularidad ante el Bayern y Benzema respondió con dos goles que, para mayor curiosidad, respondieron a cuestiones alejadas de sus características principales: el primero fue de puro ariete buscando el segundo palo y el siguiente ocurrió persiguiendo un balón que propició el error del guardameta rival.

En otra patente ironía del destino, el jugador francés se reivindicó en el Día del Trabajador en España, justo cuando las críticas que recibe son habitualmente por su supuesta falta de compromiso con el esfuerzo.

Benzema parece reservarse únicamente para momentos estelares. Ahora se recuerda su jugada de hace un año, también en semifinales, cuando con una brillante acción individual ante el Atlético de Madrid sacó a los blancos de una situación difícil.

"Me alegro por Karim porque se lo merece. Nunca ha dejado de trabajar. Ha marcado la diferencia", reflejó Zidane.

Navas y Benzema fueron la perfecta metáfora de lo que es este Real Madrid, un equipo indescifrable que encuentra las salidas más inexplicables e inesperadas en todo laberinto en el que se mete.

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