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La nueva selección invita al optimismo

  • Sólo tres partidos, resueltos con victorias y 12 goles en total, han revitalizado la ilusión por el equipo nacional

Eficacia goleadora, seguridad defensiva y futbolistas en estado de gracia definen a la nueva España de Luis Enrique, una de las selecciones que mejor ha iniciado la reconstrucción tras su reciente fracaso en el Mundial de Rusia.

El resultado es elocuente: tres contundentes victorias en otros tantos partidos y un creciente optimismo respecto a un grupo que, como objetivo más cercano, tiene la Liga de Naciones, la nueva competición creada por la UEFA que, entre otras cosas, otorgará cuatro plazas para la Eurocopa de 2020.

A continuación, un análisis de las muchas luces y las pocas sombras mostradas por la España del siempre controvertido Luis Enrique:

PODER GOLEADOR. Con 12 goles en los tres partidos internacionales disputados bajo la batuta del ex entrenador del Barcelona, la selección española es, hoy en día, una de las más eficientes frente al arco contrario. Pese a no contar aún con un delantero centro indiscutible, España anotó dos tantos ante Inglaterra, en su primer compromiso de la Liga de Naciones; seis frente a Croacia en el mismo torneo y otros cuatro contra Gales, en el amistoso que disputó este viernes. Rodrigo, Iago Aspas, Diego Costa, Suso, Álvaro Morata y Paco Alcácer ampliaron el abanico ofensivo del combinado español, que contó además con el acierto de hombres como Isco y Marco Asensio y con los goles de sus centrales.

DEFENSA SÓLIDA. Los números son significativos también en este aspecto: apenas dos goles recibidos en tres partidos frente a rivales que, como Inglaterra, cuentan con algunos de los mejores anotadores del mundo. Sin necesidad de que David de Gea, el portero elegido por Luis Enrique, se haya lucido, España ha conseguido neutralizar el peligro de sus rivales. Lo ha hecho con una presión alta sobre la salida del contrario, que mantiene tras perder el balón y que se alarga hasta campo propio. La exigencia física es ahora mayor, pero los elegidos por el nuevo seleccionador han estado a la altura.

EXITOSA MEZCLA. Sin prescindir de veteranos indiscutibles como Sergio Busquets y Sergio Ramos, Luis Enrique ha recuperado a viejos conocidos como Raúl Albiol y Morata y ha sumado a debutantes como Dani Ceballos y Jonny. Su incorporación incide en la renovación generacional de un grupo que, frente a Gales, promedió 23,5 años del mediocampo hacia delante.

JUGADORES EN RACHA. Saúl Ñíguez primero, Asensio después y Alcácer finalmente mantuvieron en la selección el dulce momento que atraviesan en sus clubes. Luis Enrique fue sensible a su buen rendimiento en sus respectivos equipos y ellos respondieron con grandes actuaciones con La Roja.

"Éste es un grupo ejemplar. Ahora hay cuatro o cinco diferentes (a los de la primera convocatoria), lo que significa que cada vez más difícil, no sólo ser titular, sino estar en la lista; y eso a mí como entrenador me encanta", destacó el seleccionador español tras la goleada sobre Gales.

ALCÁCER, CASO APARTE. En estado de gracia desde que cambió Barcelona por Dortmund, el delantero de 25 años prolongó su espectacular racha en el Borussia en la selección. Con un doblete frente a Gales, Alcácer redondeó una estadística impecable: nueve goles en sus últimos nueve disparos entre los tres palos. De mantener su acierto, el futbolista cedido por el Barcelona presentaría seria candidatura apropiarse de un puesto que no tiene dueño desde que David Villa abandonó el fútbol español.

"La confianza es importante para todos los futbolistas, pero para los delanteros es básica", comentó Luis Enrique preguntado por un Alcácer que, curiosamente, no es titular en el Dortmund.

FIDELIDAD MATIZADA. Como ya hiciera en el Barcelona, Luis Enrique apuesta por el juego combinativo que definió a la España campeona del mundo en 2010. Pero su equipo es capaz también de jugar en largo cuando las circunstancias lo requieren, característica que aumentó su profundidad.

ASIGNATURA PENDIENTE. Correr hacia atrás es lo que más le cuesta al grupo de Luis Enrique, como se vio ante Inglaterra, en el gol de Marcus Rashford, y en los primeros 20 minutos del duelo frente a Croacia. Los españoles sufren para responder al avance rival cuando su presión en campo contrario no funciona y no consiguen robar.

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