El Moguer Rugby Unión cae ante la pegada de Fenicios Cádiz (12-29)

Pese a llegar con ventaja al descanso en el marcador, los gaditanos remontan en la segunda jornada de la liga amateur

El Sporting Huelva sigue sin ganar esta temporada en Gran Canaria (1-1)

Fenicios Cádiz remontó el buen inicio del Moguer Rugby Union. / M.G.

El Moguer Rugby Union no pudo aguantar la ventaja de 12-3 en el marcador al término de la primera mitad, y acabó cediendo 12-29 ante Fenicios Cádiz en la segunda jornada de la liga amateur gracias a cuatro ensayos del conjunto gaditano.

El arranque fue esperanzador para el conjunto moguereño. A los seis minutos, Gonzalo Torrez abrió el marcador con un ensayo convertido, fruto de una buena circulación de balón y dominio territorial. La defensa sostuvo bien las embestidas visitantes hasta que, en el minuto 27, Thior Zalifou amplió la diferencia con un nuevo apoyo sobre la línea. Fenicios respondió con un golpe de castigo que dejó el 12–3 parcial al descanso, tras una primera parte de gran orden y aplicación en la estructura de juego local.

Sin embargo, el segundo tiempo fue otra historia. El cansancio y los errores no forzados pesaron en el rendimiento del Moguer, que acumuló 11 golpes de castigo y tres tarjetas amarillas (minutos 39, 60 y 75). Con inferioridad durante varios tramos, el equipo no pudo frenar la reacción visitante. Fenicios Cádiz aprovechó cada espacio y castigó con cuatro ensayos consecutivos, mostrando oficio y potencia física en los metros finales.

La derrota deja al Moguer con un balance de dos caídas consecutivas, aunque el cuerpo técnico destaca el progreso en las formaciones y la cohesión del grupo. El objetivo inmediato será reducir las indisciplinas y mantener la concentración durante los 80 minutos.

El próximo compromiso será ante Barbarians, con la intención de recuperar sensaciones y sumar los primeros puntos de la temporada ante un rival directo en la tabla.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último

Desde hace dos mil años | Crítica

La costumbre del lobo